10 de mayo

Este 10 de mayo, mientras celebramos el Día de las Madres en México, es crucial reconocer una realidad que afecta a millones de mujeres: más de cuatro millones de madres solteras luchan por recibir la pensión alimenticia que la ley les garantiza, pero que en la práctica resulta extremadamente difícil de obtener. Esta situación no sólo es una injusticia legal, sino también una crisis social que tiene profundas implicaciones para el bienestar de las familias mexicanas.

A pesar de que la ley en México obliga a los progenitores varones a pagar pensión alimenticia, en la práctica, muchas madres solteras se encuentran con un sinfín de obstáculos burocráticos y culturales que dificultan el cumplimiento de este derecho. De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), casi el 90% de las demandas de pensión alimenticia no llegan a un resultado favorable para las madres solteras.

La lucha de estas madres a menudo deben enfrentar largos y costosos procesos legales para intentar asegurar los recursos necesarios para el bienestar de sus hijos. La activista Diana Luz Vásquez, por ejemplo, ha encabezado movimientos para visibilizar a los deudores alimentarios a través de iniciativas como el Tendedero de Deudores, donde se exponen públicamente las identidades de aquellos que no cumplen con sus obligaciones.

La falta de pago de la pensión alimenticia no es sólo una cuestión económica, sino que además tiene implicaciones profundas para la vida diaria de estas mujeres y sus hijos. La mayoría de las madres solteras en México se ven obligadas a asumir el rol de proveedoras únicas, lo que limita sus oportunidades laborales y educativas. Conforme a un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 80% de las madres solteras están empleadas, muchas veces en trabajos informales y mal remunerados, lo que perpetúa un ciclo de pobreza y vulnerabilidad.

Además, la carga de ser la única proveedora y cuidadora afecta significativamente su salud mental y física, y limita las oportunidades de desarrollo de sus hijos. La falta de recursos adecuados puede traducirse en menores oportunidades educativas y en un entorno menos propicio para el crecimiento y el desarrollo integral de los niños.

La reciente aprobación de la Ley Sabina, que busca crear un registro público de deudores alimentarios y restringirles ciertos derechos, es un paso importante, pero no suficiente. Para abordar verdaderamente esta crisis, es necesario implementar políticas que aseguren el cumplimiento efectivo de las obligaciones alimenticias. Esto incluye simplificar los procesos legales, proporcionar asistencia jurídica gratuita a las madres solteras y fortalecer las medidas de ejecución de pagos.

Además, es crucial promover un cambio cultural que reconozca la corresponsabilidad parental y elimine la indiferencia hacia las madres solteras. La educación y la sensibilización pública pueden jugar un papel clave en cambiar actitudes y comportamientos en torno a la paternidad responsable.

Este Día de las Madres, más que nunca, debemos reconocer y honrar la lucha de las madres solteras en México. Su resiliencia y determinación son un testimonio de su amor y compromiso hacia sus hijos. Y muchas de ellas han logrado criar e inspirar a hijas muy fuertes y multiequipadas para la vida, así como hijos sensibles y con una masculinidad mucho más responsable y menos tóxica en todos sus niveles. Sin embargo, como sociedad, tenemos la obligación de asegurar que no tengan que enfrentar solas esta batalla. Garantizar el cumplimiento de la pensión alimenticia no es sólo una cuestión de justicia legal, sino también de dignidad y equidad. De mínimo examen civilizatorio.

Fuente: excelsior.com.mx

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