A 152 años de la paridad económica

La igualdad de género y la libertad aparecen solo en la mitad de los currículos escolares y donde se estudia la igualdad de género, se aborda como orientación y no como un contenido curricular.

Parece fácil: elegir estudiar; tener descendencia o no; escoger dónde trabajar y tomar decisiones; cuidar de tu familia o salir de la opresión y la violencia…

La autonomía de cualquier persona y en especial de las mujeres, pasa por la libertad económica.

Año con año, el Foro Económico Mundial publica su Informe Mundial sobre la Brecha de Género, donde mide cuatro indicadores de 146 países.

Para quienes desde la comodidad del escritorio o del privilegio, piensan que las acciones afirmativas a favor de las mujeres son un exceso o simplemente innecesarias, ahí van los datos del índice 2024, que reflejan la desigualdad a vencer:

Los ámbitos más aventajados son el de Salud y Supervivencia, con un 96%; seguido de la brecha en logros Educativos, que es de 94.6 por ciento, en tanto que la brecha en Participación y Oportunidades Económicas es de 60.5 % y la de Empoderamiento Político, de 22.5 por ciento.

“Harán falta otros 20 años para alcanzar la paridad en los logros educativos, 169 años para cerrar la brecha en el Empoderamiento Político y 152 años para alcanzar la paridad económica”, refiere el estudio.

Pero eso no es lo peor. En 2023, el Foro revisó datos de LinkedIn para conocer la presencia femenina en el mercado laboral y lejos de mejorar, muestran que el ritmo de contratación de mujeres para puestos directivos retrocedió a niveles de 2021 en todo el mundo, incluso en economías importantes como el Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y la India.

La proporción real de puestos directivos ocupados por mujeres también disminuyó hasta 32%, llegando al punto álgido de la pandemia en 2020.

Un descenso para las mujeres que es más pronunciado en los sectores de Tecnología, Medios de Comunicación e Información y Servicios Profesionales, cuya caída fue de 4 puntos porcentuales.

El otro fenómeno es la «caída hacia la cima», pues si bien casi la mitad (49.7%) de los trabajadores en LinkedIn son mujeres, su representación disminuye al ascender en la cadena de mando. En Educación, ellas ocupan 60% de los puestos de entrada, pero sólo 39% de los altos mandos, por ejemplo.

En México tenemos por primera vez una presidenta de la República; congresos federal y locales integrados por 50 por ciento de mujeres y, un mandato constitucional para que las mujeres asuman la mitad de los cargos públicos de toma de decisiones. Sin embargo, somos el cuarto país con menor participación económica femenina en América Latina.

Hoy que en nuestro país la calidad y los contenidos de los libros de texto están abiertos al análisis y quiero pensar que, a la mejora, sería un momento idóneo para hacer valer la ley y educar a las niñas, niños y adolescentes, para la igualdad, puesto que el concepto de género empieza a comprenderse entre los tres y los siete años, en tanto que la adolescencia representa otra oportunidad ya que, en esa etapa, los estereotipos de género inciden en sus intereses y autopercepción.

En 19 países, un estudio curricular realizado por la UNESCO, mostró que la igualdad de género y la libertad aparecen solo en la mitad de los currículos escolares y donde se estudia la igualdad de género, se aborda como orientación y no como un contenido curricular.

El otro reto es invertir en la formación docente para integrar la mirada de igualdad de género en la enseñanza, a fin de evitar la reproducción de concepciones estereotipadas y discriminatorias.

La autonomía de cualquier persona y en especial de las mujeres, pasa por la libertad económica y para alcanzar esta última, la educación es el primer paso.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

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