El impacto arancelario al sector automotriz

El impacto arancelario al sector automotriz

Las amenazas y amagos de Trump y el incremento de la inflación empiezan a calar en la confianza del consumidor norteamericano y se resienten en la industria nacional.
La fiebre arancelaria de Donald Trump no da tregua. El 26 de marzo, el presidente firmó una orden ejecutiva que impone el 25% de aranceles a autos que no se produzcan en Estados Unidos. La nación que promovió el libre comercio durante décadas y suscribió decenas de acuerdos y tratados al respecto, ha sacudido el potente comercio global de mercancías al cambiar unilateralmente las reglas.

Durante la segunda mitad del Siglo XX, México asumió una política proteccionista consistente en el cierre de fronteras, el llamado modelo de sustitución de importaciones para estimular la planta productiva nacional, pero el fuerte impacto que provocó en las finanzas nacionales la crisis petrolera de 1982 modificó la tendencia. La incorporación a la Ronda Uruguay del GATT en 1986 fue una tímida apertura al intercambio comercial con otras naciones.

La suscripción del TLCAN que entró en vigor en 1994 y la incorporación a la OMC un año después, aceleraron el ingreso de México a la escena internacional del comercio. Las estrategias de crecimiento y desarrollo de los sucesivos gobiernos en estas tres décadas se empeñaron en ese objetivo como lo demuestran estos datos: el comercio exterior del país representa el 73% del PIB y del total de las exportaciones el 82% están dirigidas a un solo mercado, Estados Unidos.

La razón de que ese país compre la mayor parte de los productos foráneos a México responde al nivel de especialización de la mano de obra que es sobresaliente y el grado de integración económica entre ambas naciones a lo largo de estos años. En ese ámbito, el sector estrella, con más brillo, impulso y peso económico bilateral es el automotriz.

En 2024 las exportaciones automotrices de México alcanzaron los 194,000 millones de dólares, el 31% del total exportado; un monto que supera por tres a las remesas recibidas el año pasado (64,745 millones).

De acuerdo con el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros, del total de camiones ligeros y automóviles producidos en el país en 2024 (3.9 millones) el 79.7 tuvieron como destino los Estados Unidos.

Trump anunció que el 25% de impuestos a la importación de automóviles entrará en vigor el 2 de abril, una fecha que ha denominado “Día de la Liberación” porque dará a conocer los “aranceles recíprocos” a los países con los que Estados Unidos tiene un mayor déficit comercial.

El déficit comercial con México alcanzó su nivel más alto el año pasado al sumar 171,000 millones de dólares, una cifra estratosférica si se le compara con el déficit registrado en 1994 cuando se puso en marcha el TLCAN que fue de 1,350 millones.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha subrayado la profunda integración de las industrias automotrices de las naciones vecinas al poner como ejemplo que, un pistón llega a cruzar hasta ocho veces la frontera antes de llegar al producto final y que la eventual aplicación de un arancel de 25% a las exportaciones de autos fabricados en México, aumentaría en 3,000 dólares por unidad el precio final en el mercado estadounidense.

Otra muestra de esa integración bidireccional corresponde a la venta de autopartes a sus socios comerciales. El superávit comercial de México en este sector alcanzó los 26,386 millones de dólares según la Industria Nacional de Autopartes (INA), impulsado básicamente por exportaciones a Estados Unidos y Canadá, con lo que el país se consolida como uno de los principales actores en la manufactura de autopartes a nivel global.

Trump no dejó claro si las empresas fabricantes de autos y de autopartes en México estarán exentas del gravamen si cumplen con las reglas del T-MEC. En caso de ocurrir, la INA ya había anticipado que con el 25% de aranceles aumentarían los costos en las cadenas de suministro que difícilmente sería absorbido por la planta manufacturera.

Los principales estados fabricantes de autopartes que podrían verse afectados se ubican en el norte y el bajío: Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Chihuahua, Querétaro y San Luis Potosí y las autopartes que más producen son eléctricas, transmisiones, embragues, telas, alfombras y asientos, suspensión y dirección.

Fuente: politica.expansion.mx

No llegamos todas a la CSW

No llegamos todas a la CSW

Sigue existiendo una brecha inmensa respecto a la participación e inclusión de las mujeres en su diversidad.

El 69.º período de sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69 por sus siglas en inglés) se está llevando a cabo del 10 al 21 de marzo en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, esta es considerada la mayor reunión anual de la ONU dedicada a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres pero es importante mencionar que este año marcará un hito pues se examinará el progreso alcanzado en la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que sigue siendo el instrumento de cooperación internacional más revolucionario en lo que respecta a la igualdad de género.

Durante esta primera semana de la CSW António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas recibió a las organizaciones de la sociedad civil con un mensaje de bienvenida en dónde reconoció que son estas y no los gobiernos quienes se esfuerzan por hacer que nuestras sociedades sean más justas, más equitativas, más representativas y, en consecuencia, más resilientes y más prósperas para todas las personas. Además hizo énfasis en que actualmente los derechos de las mujeres están asediados pues el veneno del patriarcado ha vuelto, y lo ha hecho con fuerza y como consecuencia de ello el progreso ha sido destrozado e invitó a la sociedad civil a unir esfuerzos para presionar a todas las partes para que garanticen la participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres en la consolidación de la paz, para crear soluciones más duraderas.

La ONU sigue representando la promoción de la paz, el desarrollo, la cooperación internacional y la igualdad para todas las personas sin distinción alguna sin embargo, no todas las mujeres que están luchando y trabajando día a día por la defensa de nuestros derechos tienen el privilegio para acceder y asistir a este tipo de reuniones como la CSW en dónde la realidad es que sus voces faltan y no tienen presencia en las mesas de discusión ni en los discursos. Sigue existiendo una brecha inmensa respecto a la participación e inclusión de las mujeres en su diversidad, si bien muchos de los temas que se han puesto sobre la mesa en esta edición 69 han sido la violencia digital, los derechos de las mujeres migrantes y las mujeres indígenas la narrativa sigue siendo segmentar a las mujeres. 

Fuente: opinion51.com

Justicia para todas

Justicia para todas

Como cada año miles de mujeres marchamos el 8 de marzo, un mes que se pinta de morado en todos los espacios públicos y privados en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, pero también se inunda de exigencias y reclamos ante la falta de justicia.

No se trata de un tema que nos ocupa exclusivamente a las mujeres, sino de caminar en sociedad sin importar el género. Tampoco se trata de partidos políticos o gobiernos en turno, sino de exigir a las autoridades que lleven a cabo las acciones necesarias de prevención y atención a los delitos en contra de nosotras.

Actualmente el Poder Judicial se encuentra en una etapa de renovación y tiene el gran reto de brindar capacitación para juzgar con perspectiva de género a más de 881 personas que serán electas en los siguientes comicios. Un panorama sumamente complicado para las mujeres víctimas que hoy claman justicia.

Es importante que el Poder Judicial trace una ruta de capacitación enfocada a quienes tendrán la facultad y obligación de impartir justicia. No hay tiempo ni lugar para juzgar sin perspectiva de género, la situación de violencia en la que estamos inmersas las mujeres es de urgente atención.

De igual forma, es de vital importancia capacitar a las personas que fungen como ministerios públicos, a la policía de investigación, y a todas las personas que tienen la obligación de actuar como primer respondiente. La no revictimización de las mujeres debe ser prioridad al momento de presentar una denuncia y durante la integración de las carpetas de investigación.

Por otra parte, es importante que las personas juzgadoras tomen acción para disminuir los índices de impunidad, especialmente en los casos de violencia contra las mujeres. A menor impunidad, menor el índice delictivo.

Tan solo en 2024 la impunidad por el delito de feminicidio fue del 76 por ciento, una cifra alarmante ante la exigencia de justicia en todas las entidades federativas, que parece no ser escuchada.

Leyes como la Ley Sabina, Ley Vicaria, Ley Olimpia, Ley Ingrid, Ley Monzón, Ley 3 de 3 vs Violencia, Ley Malena, Ley Monse, Ley Alina y muchas otras que han sido impulsadas por víctimas que han tenido que recorrer un largo camino, contando una y otra vez su historia en lo público y en lo privado con tal de evidenciar la violencia ejercida en su contra. Un sistema que nos obliga a la revictimización constante para poder ser escuchadas y alcanzar la justicia tan anhelada.

Lo anterior, debe incitarnos a una reflexión profunda: ¿que tanto ha tenido que pasar, o más bien dicho a “no pasar” para que sean las víctimas quienes tomen este rol que constitucionalmente es una obligación del Estado?

Las mujeres representamos casi el 52 por ciento del total de población en México, y en estricto sentido se nos debe garantizar una vida libre de violencia y justicia para todas las víctimas; el respeto a nuestros derechos desde todos los espacios y ámbitos debe ser de facto.

Estamos ante un momento importante y creciente de exigencias para los tres poderes del Estado, no basta con legislar si en los hechos las autoridades jurisdiccionales son omisas ante las leyes que nos protegen, y no, no es una obligación de cada una de las víctimas ser vigías de su correcta aplicación. ¿En qué momento toda la responsabilidad de justicia recayó en las víctimas?

Las personas que sean electas para formar parte del Poder Judicial tendrán que trabajar para combatir la corrupción y la impunidad de los miles y miles de casos de violencia contra las mujeres. No hay tiempo para curvas de aprendizaje y procesos retardados de justicia.

La justicia equitativa que da a cada persona lo que le corresponde, reconociendo sus características y condiciones específicas, nos puede acercar a procesos judiciales con una justa reparación del daño.

Esperamos que la justica sea el resultado de un andamiaje legal que se ha construido a lo largo de los años y que cuenta con las herramientas indispensables para poder juzgar a los responsables de la comisión de delitos en contra de las mujeres.

Pugnamos para que no sea necesario apostarnos frente a las fiscalías, tribunales, organismos de derechos humanos, televisoras y medios de comunicación para exigir justicia.

Es imperante que cada autoridad cumpla con su obligación en lo que respecta a la prevención de delito, así como a garantizar nuestra seguridad conforme lo dictan las leyes.

Mientras la violencia contra nosotras continue y la justica no sea para todas, seguiremos alzando la voz cuantas veces sea necesario.

Fuente: parentesislegal.com

Necesitamos vindicar el ¡no estás sola!

Necesitamos vindicar el ¡no estás sola!

La discusión de la sesión del 25 de marzo en la Cámara de Diputados donde se votó mantener el fuero al diputado Cuauhtémoc Blanco obliga a una reflexión. Desde el aspecto parlamentario se vivió un proceso totalmente antirreglamentario e inusitado jamás visto y no exento de misoginia.

Desde Morena, que controla la Cámara de Diputados, se violentó el proceso parlamentario al fraguar que una oradora en uso de su tiempo, le diese ella la palabra al legislador Blanco para que se defendiera de la acusación de su media hermana Fabiola Blanco, del delito de violación en grado de tentativa. El diputado Sergio Gutiérrez, presidente de la Mesa Directiva, simplemente lo dejó pasar.

Todo correspondió a la trama diseñada por el coordinador de Morena, Ricardo Monreal y los diputados de su burbuja para proteger a Blanco.

Su guión se implementó paso por paso. Se argumentó con leguleyos que la solicitud de desafuero estaba mal fundada por el ex fiscal de Morelos (hoy prófugo), porque traía consigna de los contrincantes de Blanco; también se esgrimió que éste no necesitaba ser desaforado para que la justicia procediera, lo que nunca pasará mientras tenga fuero. Hasta se apersonó en la Fiscalía.

Pero lo más deplorable de esa sesión fue el coro de “¡no estás solo! ¡no estás solo!”, por parte de otras diputadas de Morena cuando Cuauhtémoc subía a tribuna. Esa tribuna de la Cámara, que en anteriores Legislaturas muchísimas legisladoras de todos los partidos presentamos iniciativas y decretos en favor de los derechos de las mujeres, entre ellas la Ley General para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la tipificación del feminicidio.

Todo Morena votó contra el desafuero de CB, salvo 22 diputadas quienes se sostuvieron heroicamente a pesar de las presiones porque estaban convencidas en apoyar a la víctima, además de ser lo correcto, correspondía a lo que han oído desde Palacio Nacional: llegamos todas, ergo nos apoyamos entre nosotras.

Hay quienes preguntan por qué solo reclamamos el voto de las diputadas a favor de Blanco y no el de los diputados que también lo apoyaron; la respuesta es simple: los hombres siempre se han apoyado como un gremio; han definido el Estado, las reglas de convivencia de las sociedades, han escrito las leyes, conducido los gobiernos, los parlamentos y los juzgados, han sido los dueños de la propiedad y de la familia incluidas las mujeres adentro; han fundado y perpetuado un sistema en donde las mujeres hemos estado históricamente invisibilizadas y menospreciadas.

Hasta que en la Ilustración y con el invento del feminismo, que ha fundamentado teóricamente la emancipación de la opresión, fuimos organizándonos en la exigencia de que como humanas, tenemos iguales derechos que los hombres.

Que haya 251 diputadas de 500 escaños no es una graciosa concesión, es producto de las alianzas históricas entre mujeres para lograr la paridad y estar en la toma de decisiones. Por desgracia, salvo las 22 diputadas mencionadas, todas se disciplinaron a la orden de los señores; contribuyeron con su voto, a mantener el pacto patriarcal que protege a Cuauhtémoc Blanco.

Desde el feminismo se han invocado muchas consignas: por la vida y la libertad de las mujeres; te creo; ¡no estás sola!

La víctima de Cuauhtémoc Blanco ha dicho que tiene temor por su vida por atreverse a denunciar a su medio hermano. Tenemos que decirle:¡ no estás sola!

Fuente: oem.com.mx/elsoldemexico/

Fin del libre comercio, ¿y ahora qué?

Fin del libre comercio, ¿y ahora qué?

Estamos entrando en una era de bloques cerrados y políticas industriales agresivas disfrazadas de “seguridad económica”.

La nueva ola de aranceles de Donald Trump —esta vez contra la industria automotriz— es mucho más que una táctica de negociación. Marca un punto de quiebre. En su primera presidencia ya comenzó a desmantelar el orden multilateral y a redibujar la integración económica de América del Norte. Su segunda administración parece estar determinada a culminar esa transformación con una ruptura aún más profunda.

Para México, esto representa más que un riesgo económico: desafía el modelo de desarrollo que hemos seguido durante más de tres décadas. Desde 1994, cuando se firmó el TLCAN, México se volvió un eje clave en la cadena automotriz de la región. Hoy es el cuarto exportador de vehículos ligeros del mundo y el séptimo productor global. Este sector genera un millón de empleos directos, más de dos millones indirectos y representa 3.5% del PIB nacional y 17% del manufacturero. Más del 85% de los vehículos ensamblados aquí se exportan, y el 76% va a Estados Unidos. Esta integración trajo una eficiencia sin precedentes: un auto puede cruzar la frontera hasta ocho veces durante su ensamble. Las piezas se producen donde conviene más, en un sistema basado en ventajas comparativas y confianza mutua. Hoy, esa lógica está en crisis.

Con el T-MEC, Estados Unidos ya había endurecido las reglas: el contenido regional subió de 62.5% a 75% y se impusieron requisitos salariales. Aun así, la industria logró adaptarse. Pero un arancel generalizado del 25% a la importación automotriz representa un cambio de modelo.

Estamos entrando en una era de bloques cerrados y políticas industriales agresivas disfrazadas de “seguridad económica”. En este nuevo escenario, México no puede asumir que conservará su posición privilegiada como socio de Estados Unidos. Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum busca mantener esa cercanía, las estrategias actuales no bastan para enfrentar la magnitud del desafío. Son tan solo un remedio casero comparado con la cirugía mayúscula que necesitamos.

Durante años, apostamos todo a una estrategia de apertura externa. No es casual: más del 80% de nuestras exportaciones van a Estados Unidos, y la mitad de ellas vienen del sector automotriz. Hace unos años esta dependencia era una fuente de poder, hoy nos hace vulnerables. Mientras se privilegiaba el comercio, el mercado interno fue abandonado. Las pequeñas y medianas empresas —que generan más del 70% del empleo formal— quedaron fuera de las cadenas de valor. La inversión en ciencia y tecnología se estancó, y nunca se consolidó una política industrial coherente.

Incluso gobiernos que se dicen anti-neoliberales —como el de la 4T— terminaron defendiendo el T-MEC como garantía de estabilidad. AMLO criticó el modelo anterior, pero basó su estrategia económica en la fe de que la inversión extranjera y las exportaciones resolverían todo.

Esa fe ya no alcanza. Frente al resurgimiento del proteccionismo y las guerras comerciales, México debe hacer lo que ha postergado por años: diversificar su economía, fortalecer el mercado interno, integrar a las pymes a las cadenas de valor y mirar seriamente hacia América Latina.

Y no basta con proyectos sexenales ni medidas aisladas. El Plan México y la certificación “Hecho en México” apuntan en el sentido correcto. Pero hace falta una visión de largo plazo, políticas públicas sólidas, infraestructura tecnológica, educación técnica de calidad, financiamiento productivo y una estrategia industrial que conecte con la transición energética y digital. En otras palabras: necesitamos un nuevo modelo de desarrollo centrado en el mercado nacional.

La industria automotriz, clave en nuestra historia reciente, es también la más expuesta a perder terreno. México ha sido atractivo por su mano de obra calificada, su ubicación y sus tratados. Pero hoy eso ya no es suficiente. La transición hacia vehículos eléctricos, la automatización y el proteccionismo están reconfigurando dónde y cómo se invierte. El mercado mexicano ofrece muchas áreas de oportunidad. Debemos reaccionar ante la nueva realidad de pasar de ser un socio estratégico para convertirnos en una plataforma de ensamblaje prescindible.

Adaptarse no basta. Electrificar el transporte implica relocalizar cadenas críticas como las de baterías y semiconductores, donde nuestra participación aún es incipiente. También exige capacidad de innovación, una red de proveedores más sofisticada y políticas que impulsen la producción limpia y la tecnología nacional. ¿Estamos listos? Todavía no.

Aun así, hay oportunidades. Nuestra base manufacturera es sólida. Podemos convertir esta crisis en oportunidad, pero solo si lo acompañamos con políticas inteligentes, esfuerzos colectivos, infraestructura adecuada, certeza jurídica y claridad estratégica. La cooperación regional —con América Latina, Canadá, Europa y Asia— será esencial para reducir la excesiva dependencia de Estados Unidos.

Fuente: expansion.mx