Barbie y la búsqueda del significado

Por: Karla Doig Alvear

La película Barbie ha sido todo un fenómeno para buena proporción de la sociedad hasta el día de hoy. El filme ha causado controversia y sigue generando debate. Aunque tiene áreas de oportunidad, me ha dejado sorprendida por los múltiples mensajes positivos y moraleja social. Con una buena propuesta cinematográfica, llena de ingenio y sátira, Barbie nos presenta un mundo al revés a manera de crítica social para retratar como el machismo ha dañado a nuestra sociedad moderna. Aunque podría aparentar ser una película con un tema frívolo y superficial, logra tocar fibras sociales sensibles, y temas existenciales muy actuales a manera de una trama bien planteada. En la cual, Barbie ha sabido reinventarse para invitarnos a reflexionar en el ámbito individual el dilema humano de cuál es nuestro significado y misión personal en la vida.

El mensaje es poderoso y motivador, sobre todo en el momento histórico que estamos transitando. Es una realidad que hemos adquirido una inteligencia fascinante durante los últimos años. El siglo XXI ha  sido, de muchas maneras, una revolución del conocimiento científico, tecnológico, intelectual, emocional y psicológico. A pesar de todos los avances exponenciales impulsados por una vertiginosa globalización , la humanidad se encuentra en un punto de inflexión de proporciones inmensas. El cambio climático, los conflictos bélicos, la desigualdad social, paralelos a avances tecnológicos sin precedentes, en donde la constante ha sido la velocidad. Una cascada de información caracterizada por lo banal y lo pasajero han creado una sociedad con la idea suicida y vacía de que venimos a este mundo solo a pasarla bien y a perseguir placeres superfluos.

Esta “civilización del espectáculo” como la denominó Vargas Llosa en un extraordinario ensayo, ha generado estrés, depresión y una sensación de vacío existencial generalizada. Esta idea, ampliada acertadamente por Zygmunt Bauman -en lo referente a las relaciones personales- que denomina “relaciones liquidas”caracterizadas por ser cortas, desechables, frágiles -evitando el compromiso- han provocado un daño en el tejido social. Por lo que, la invitación de Barbie a buscar nuestro significado libre de estereotipos para así también generar relaciones más empáticas y profundas es muy pertinente.

Deconstruirnos y aceptar la invitación que nos transmite de ser personas empáticas, cualidad indispensable para establecer relaciones duraderas y así cambiar el modo de acercarnos sentimentalmente con otras personas, va en línea con la película que trata de retratar el dolor y aceptarlo como nuestro para así responsabilizarnos con los demás.Especialmente con las injusticias históricas cometidas en perjuicio de las mujeres -tal como lo dijo con mayor amplitud América Ferrera- a través del conmovedor “monólogo sobre la feminidad”. 

El planteamiento de Greta Gerwig, directora de la película es inteligente. Utiliza a una “muñeca” que marcó un estereotipo -quizá muy arraigado en la infancia de muchas- para plantear el tema de igualdad de género de una manera creativa y poderosa. De alguna forma este replanteamiento es original en sí mismo porque “La Barbie”  encasilló de manera muy específica la feminidad y desde luego no representa a la mayoría de nosotras. Ahí esta la genialidad de la directora, en utilizar ese “símbolo” para invitarnos a deconstruirnos y en encontrar nuestra propia autenticidad.

Contraponer un mundo gobernado por mujeres con el patriarcado nos demuestra que ningún extremo es correcto, sino que la fórmula adecuada es la igualdad de género mediante relaciones sanas. Y que nuestras diferencias e individualidad sean un pegamento social y no motivo de división. A final de cuentas, una sociedad equilibrada siempre encontrará en la pluralidad mayor riqueza. 

El final de la película es magistral, y mi parte favorita. El encuentro de Barbie con su creadora, la maravillosa Ruth Handler, para mí, esto hace referencia a nuestra propia relación con el ser que nos creó, -como cada quién lo conciba-  quien siempre va a querer que superemos sus expectativas el elegir desde el libre albedrío lo mejor para nuestras vidas. Eso es  el corazón mismo de la película: un mundo de igualdad y libertad, en donde todas y todos pueden elegir sin prejuicios.

Si Barbie, una muñeca que algún día fue superficial, tuvo la humildad de entender que necesitaba cambiar y transformar su significado para ser feliz e inspirar a las y los demás a serlo, podemos hacer lo mismo. Quizás todas y todos deberíamos de seguir el ejemplo de Barbie. Dejar de ser objetos mecanizados para transformarnos en lo que verdaderamente somos: encarnamos un propósito que trasciende lo que el mundo material nos ha hecho creer.

Fuente: eldebate.com

Síguenos en Twitter

Síguenos en Facebook

Notas relacionadas

Impunidad y violencia contra las mujeres

Impunidad y violencia contra las mujeres

De las 3,900 agencias del Ministerio Público que se encuentran en los estados del país, las que se especializan en delitos contra las mujeres, violencia familiar y en feminicidios representan tan solo el 16%. Veracruz, Jalisco y Puebla encabezan la lista nacional con...

71 aniversario del voto de las mujeres en México

71 aniversario del voto de las mujeres en México

Estamos a unos días de que se cumplan 71 años de que a las mujeres se les reconociera el derecho constitucional de votar y ser votadas en elecciones federales. Para ello, a lo largo de la historia se han registrado importantes capítulos protagonizados por mujeres de...

La tómbola

La tómbola

350 Magistrados y Magistradas, y 361 jueces y juezas serán destituidos; sus vidas y sus carreras judiciales terminaron en una tómbola, hoy son los primeros; y van por todos y todas, por todo el Poder Judicial. Los corren porque así lo ordenó López Obrador y lo está...