Con amor para Kari y todas las víctimas
Esa frase, “calladita te ves más bonita” tan al parecer inofensiva, tan condescendiente, tan popular, ¡ah! qué daño ha hecho y sigue haciendo pues implica que mujeres deben ser sumisas y calladas. No se conoce en verdad un origen exacto de la frasecita, pero claro que su origen está en una cultura patriarcal que durante siglos ha esperado que las mujeres sean reservadas, obedientes y no expresen opiniones. Hoy, se sigue utilizando en diferentes contextos para descalificar, silenciar o minimizar la voz de una mujer (o de muchas, o de colectivas), especialmente cuando expresa ideas contrarias a la norma establecida o a lo que el poder imagina que es “lo correcto”.
En realidad, la frase es sin lugar a dudas ofensiva y un ejemplo de violencia simbólica y verbal contra las mujeres. ¿Solo la usan los hombres de poder? ¡Nooooo! Está tan normalizada que mujeres con y del poder no solo la usan, la repiten hasta en sentencias judiciales.
El caso concreto es el del médico ginecobstetra Jesús Luján Irastorza, conocido como “El Rey del Parto Inducido”, acusado por decenas de mujeres de negligencia, practicar cirugías innecesarias, medicar sin permiso a las pacientes, inducir al parto sin consentimiento en detrimento de la salud de madre y bebé, así como de la muerte indirecta de 6 bebés. Todo en pos de dar prioridad a su vida como “rockstar” de medios y redes sociales.
Las víctimas, agrupadas en el colectivo “Con Ovarios”, visibilizaron a través de diversos medios de comunicación y de redes sociales la violencia obstétrica exigiendo justicia por los daños sufridos. Su objetivo es que este caso siente un precedente en la sanción de este tipo de delitos y promueva una atención médica respetuosa y segura para las mujeres. Al crecer la visibilización del caso la indignación social también creció y se fueron sumaron más víctimas al percatarse que, como en casi todos los tipos de violencia, no eran las únicas.
Como resultado, ese mequetrefe traficante de servicios médicos, tiene múltiples denuncias ante la autoridad penal y una orden de aprehensión en su contra, pero hasta ahora ha evadido la justicia durante más de siete meses, alegando problemas de salud para no presentarse a las audiencias programadas.
¿Cuál fue la respuesta del medicucho ese de octava en lugar de hacerse responsable? demandar al medio “Animal Político” por haber dado a conocer la voz de las víctimas. Una pensaría al llegar el asunto a una jueza que por ser mujer sería sororaria con quienes fueron violentadas por el “rey del parto inducido” pero a que no, la frasecita “calladita te ves más bonita” permeó y, este recién terminado mes de enero, la jueza de la Ciudad de México Ana Medina Guerra, sentenció en contra del ejercicio periodístico al conceder medidas cautelares a favor del “rey del parto inducido”, consistentes en ordenar a Animal Político y a dos de sus periodistas abstenerse de publicar información relacionada con el médico, argumentando la protección contra el “escarnio y desprestigio público”.
¡Escarnio y desprestigio público! Dice la también mequetrefa esa. Increíble. Pues no. No es desprestigio, es descubrir, evidenciar que 6 bebés podrían estar vivos y decenas de mujeres sin daños si ese tipejo se hubiera siquiera acercado a cumplir el juramento de Hipócrates, el que aunque ha sido revisado y modernizado, mantiene su esencia: velar por el bienestar del paciente con responsabilidad y humanismo. Tal vez habría que rescatar del original “Si cumplo con este juramento, que disfrute mi vida y arte con honor. Si lo violo, que me ocurra lo contrario”. Cárcel merece y no que la cultura del “calladita te ves más bonita” le encubra.
Es verdad que sin sentencia firme el susodicho tiene derecho a no ser calumniado pero aquí aplica la ponderación de derechos y la jueza pues nomás se lo pasó por el arco del triunfo. ¿Y la obligatoriedad de juzgar con perspectiva de género y velando por el bien superior de las y los menores además del derecho a la libre expresión y al ejercicio periodístico, señora jueza? ya nos hizo ver lo que a usted le parece que pesa más. Es por gente como usted que el poder judicial, ese sí, se desprestigia y expone al escarnio público. Indefendible.
Mi respeto y sororidad con las víctimas y una oración por las almitas de las y los niños que no gozan de vida por culpa de un monstruo y de la cultura que hasta ahora lo mantiene impune. No será por mucho tiempo. Calladitas no nos vemos más bonitas, no. No nos callamos, me sumo a la exigencia sororaria de 50 Mas Uno, A.C. y le seguimos aunque les moleste a muchos, porque sin voz, la justicia no solo sería ciega, sino también se mantendría muda como ha estado hasta ahora.
Fuente: oem.com.mx