¿Dónde está la justicia de los abrazos?

Hablar de justicia en un país en donde la impunidad y la corrupción han perpetrado a las instituciones y al sistema es como tirar una moneda al aire y la violencia que vivimos las mujeres esta presente desde edades muy tempranas.

Hace unos días conocimos de la desaparición de Camila, una niña de 8 años que salió a jugar con sus amigos y no volvió a casa, posteriormente la madre de Camila recibió llamadas que solicitaban 250 mil pesos de rescate sin embargo el cuerpo de la menor fue encontrado sin vida en Taxco, Guerrero.

El contexto de violencia en el que se encuentra sumergido el Estado de Guerrero ha sembrado total desconfianza en las autoridades y el caso de Camila no fue la excepción pues, después de acudir a denunciar a los presuntos responsables del secuestro y asesinato de la menor y ante la falta de acción, la comunidad tomó justicia por propia mano y después de golpear a los presuntos culpables se reportó que “Ana N” perdió la vida por el linchamiento.

Entonces pregunto ¿el linchamiento es un reflejo del hartazgo de la sociedad ante la impunidad y la ola de inseguridad? o ¿es una falta idea de justicia que más bien es revancha?.

Son preguntas que podrán tener distintas respuestas, pero solo un responsable, el Estado. Un Estado fallido que ha sido omiso ante las desapariciones, la inseguridad y los feminicidios. Estos hechos son una muestra de la falta de gobierno que pone al Estado de Derecho como “frágil”, “desestructurado”, “colapsado” y totalmente quebrado, en donde la política de “abrazos no balazos” tampoco ha sido efectiva.

La solución tampoco está en los abrazos sino en las políticas públicas efectivas y con especial énfasis en la prevención, en el fortalecimiento de las instituciones, en el actuar oportuno de las autoridades, en la cero tolerancia a la corrupción y en restituir la confianza en el sistema.

Estamos siendo testigos de una sociedad con falta de oportunidades que normaliza la violencia en todos sentidos y con miras a las elecciones presidenciales es indispensable tener muy claras las propuestas sobre seguridad que tienen las candidatas y candidato.

No buscamos revancha, no buscamos hacer efectiva la “Ley del talión” buscamos gobernantes responsables que no justifiquen la impunidad y que no fomenten la división entre la población por discursos de odio, gobernantes que no descalifiquen a otras personas simplemente por pensar distinto.

Merecemos un México más libre, más igualitario, pero sobre todo más seguro y que garantice a cada persona el pleno ejercicio de nuestros derechos respetando nuestra humanidad. No dejemos de levantar la voz ni de exigir, construir ese México que queremos no solo es responsabilidad del Estado sino también de nosotros que habitamos, coexistimos y convivimos en él, no normalicemos ningún acto de violencia y no olvidemos nunca que nuestra voz importa.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

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