El monstruo de Iztacalco, un feminicida serial

México es un país en que los feminicidios siguen siendo una grave problemática que aún no se resuelve, ya que entre 9 y 11 mujeres son asesinadas en un día. ¿Y cuántos casos más son clasificados como accidente o suicidio?

El feminicidio viral de ayer es superado por el de hoy, que se hace con más saña, aún más sangriento y con más crueldad. Las huellas del feminicidio hacen un urgente llamado a los tres niveles de gobierno para fortalecer los mecanismos de acceso a la justicia, a la reparación y a las garantías de la no repetición.

El reciente caso del feminicida serial de Iztacalco, nos ha conmocionado no sólo porque mantenía una imagen pública inofensiva, sino que también presumía de logros académicos y profesionales que lo hacía ver poco sospechoso de ser un criminal en activo. Miguel “N” se graduó de la Licenciatura en Químico Bacteriólogo Parasitólogo por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) la misma Universidad de la cual mis hermanos y yo egresamos.

En sus redes sociales se puede observar que maneja 3 idiomas, que había viajado por el mundo, las personas cercanas lo describen como un hombre con participación en eventos sociales y culturales, incluidas marchas feministas y en contra del maltrato animal, aficionado por el cine y un profesionista dedicado a su campo de estudio, que conservaba su empleo en un laboratorio, muy lejos del típico perfil de un sociópata criminal con odio hacia las mujeres. Según algunas investigaciones realizadas, Miguel tenía una vida compleja con un lado obscuro que sugiere desviaciones perturbadoras, como son la práctica de la necrofilia y otros fetichismos, así como un aparente desdoblamiento de personalidad, oscilando entre la introversión y la extroversión. En una publicación citó a Hermann Hesse “Quien no encaja en el mundo, está siempre cerca de encontrarse a sí mismo”.

Pero la publicación que ha generado más controversia entre los internautas es una realizada el pasado 23 de octubre de 2015, ocho meses después de que Frida Sofía (posible víctima de Miguel) fuera reportada como desaparecida. En la cual se lee: “No tardé mucho en darme cuenta que tus manos no se movieron. Descubrí que tu cuerpo era duro y me asusté cuando noté que estabas fría. Toque tu espalda y no era otra cosa más que tu ropa. Toqué tu cuello y no era más que piedra. Roca fría como el témpano, dura como el hierro y lo peor inmóvil como estatua. Mi rostro cambió, lo sé porque lo sentí, y por mis lágrimas también. De lágrimas de felicidad pasaron a ser lágrimas de desesperación. Quería estar a tu lado pero no de esta manera”, a la mitad de la publicación, sin que se menciona el nombre de una persona en particular, escribió: “Pasó algún tiempo para que la sangre de tu cuerpo comenzara a secarse, se formaron grietas que cortaron tu piel, tus dedos comenzaron a partirse y todo tu cuerpo se fragmentaba, te transformabas en polvo”. Tan sólo de leerlo y transcribirlo se me eriza la piel, ¿Cómo hacer poético un proceder tan retorcido?.

Este feminicida fue detenido después de violar y matar a la joven María José. El reporte inicial indica que al menos habría asesinado a siete mujeres, entre parejas, amigas, compañeras de trabajo y se presume que sexoservidoras, pero ha trascendido que esta cifra podría crecer, porque se encontraron en su departamento al menos 20 restos humanos, junto con herramientas como serruchos para desmembrar cuerpos, material quirúrgico, sustancias químicas, teléfonos celulares, varias identificaciones oficiales y un diario personal del químico, en donde se encontraron diversos apuntes, entre los que destacan la revelación de sus actos criminales y el modus operandis, como disolver los restos mortales de sus víctimas en ácido y tomar el tiempo con cronómetro en mano. Así como, la confesión: “Fui violado por mi padre”, “Yo sólo quería ser el hijo consentido”, su padre era químico también y murió de Covid19 en el 2021. Esta violación podría haber contribuido en sus comportamientos patológicos. Además, en su diario habría confesado que su odio hacia las mujeres comenzó porque su madre y su hermana “lo consintieron” desde su niñez.

Han salido a la luz las declaraciones que ha hecho el llamado “Monstruo de Iztacalco” sobre el feminicidio de María José y el intento del mismo, a su madre Cassandra y él lo describe así: “Olvidé un detalle, cuando un cuerpo es asfixiado, quitas las manos y todo, hay una respiración agónica, eso es muy normal. Yo para realmente saber o no quedarme más tiempo en la posición de ahorcamiento, cuando acomodé el cuerpo busqué en la cocina una bolsa de plástico y se la puse en la cara de la víctima para, en lo que yo acomodaba el cuerpo, la víctima continuara con su estado de asfixia. Entonces eso es lo que vio la señora Casandra cuando entró”, hace una pausa y sigue relatando de forma tranquila pero a veces excitado: “Había un cuchillo en el lugar, no lo pensé, seguía en mi estado de frenesí y dije, ahora la cosa está mucho peor, la situación se ha agravado, no me queda otro remedio, no tengo otra salida, más que también hacer prácticamente lo mismo con la señora. Esta vez utilicé un arma blanca, un cuchillo”.

En la mente criminal de un asesino serial pareciera haber una disociación, poseen distintas formas de actuar: primero conquista a su víctima generando confianza, seduciéndola, mostrando un falso self; la otra cara es el feroz asesino, narcisista, manipulador, perverso, megalómano, egocéntrico, frío emocionalmente hablando, se percibe ausencia de remordimiento, intentan caer bien y agradar a los demás, por ello veíamos como Miguel “N” se sumaba a causas, como marchas contra la violencia hacia la mujer y contra el maltrato animal. Este psicópata mediante engaños se acercaba a las mujeres con las que podía tener contacto y se ganaba su confianza hasta conseguir su cometido y como lo describió en la entrevista, prolongaba la agonía de sus víctimas para sentir placer durante más tiempo. Estos asesinos sueñan compulsivamente con el poder, el sometimiento, la dominación, a la hora de cometer los asesinatos, él lo describió como “frenesí”.

¿Será posible modificar el comportamiento de un asesino y/o feminicida en serie?, es una de las muchas interrogantes que nos hacemos ante este tipo de sucesos tan desgarradores en una sociedad donde el tejido social se percibe cada vez más roto.

#JusticiaParaTodas

Fuente: nxnoticias.com

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