Por: Karla Doig Alvear
El 9 de junio de 2023 cruzamos un umbral importante en la legislación mexicana al abordar la problemática de la violencia y el acoso laboral, mediante el Decreto promulgatorio del Convenio 190, el cual fue adoptado en Ginebra el 21 de julio de 2019. Este convenio entrará en vigor el próximo 6 de julio en nuestro país, por lo que México tendrá la responsabilidad de cumplir con leyes, políticas y medidas efectivas que promuevan un entorno favorable libre de violencia laboral para las personas trabajadoras.
Para comprender aún más la magnitud de este instrumento, es fundamental analizar el artículo 123 constitucional, el cual establece el derecho de toda persona a un trabajo digno y socialmente útil. El trabajo no solo es una actividad productiva, sino que representa la esencia misma de la dignidad humana. Desde esta óptica, atentar contra este derecho básico, implica que atentan contra lo más valioso: la dignidad como personas.
Conceptualizar la violencia y el acoso laboral es básico, debido a que es posible violentar en distintas magnitudes y, muchas veces, sin siquiera notarlo. Lo innovador de este instrumento es que reconoce que la violencia y el acoso laboral pueden causar un detrimento a la salud. De acuerdo con el Convenio se establece como violencia y acoso laboral aquellos comportamientos y practicas inaceptables o de amenazas de tales comportamientos que causen un detrimento psicológico, moral, económico, físico o sexual en la persona trabajadora.
En el mismo sentido, basta con que ocurra solo una vez para que se configure como violencia y acoso laboral, sin distinguir el esquema laboral de contratación, además de que incluye a la violencia y el acoso por razón de género. Esto último quiere decir, que reconoce que la violencia contra las mujeres en el entorno laboral es distinta, ya que toma en cuenta las consideraciones específicas de género.
Desafortunadamente, el simple hecho de ser mujer en un entorno laboral conlleva experimentar una forma de violencia distinta en comparación a la de los hombres debido al machismo y discriminación que todavía imperan fuertemente en nuestro sistema. Esta situación es una de las razones por las cuales las mujeres no ingresan y permanecen en el mercado laboral. En virtud de ello, es crucial adoptar un enfoque de género que considere abordar los estereotipos y el abuso de poder por razón de género; son desde luego factores que deben de tomarse en cuenta si en verdad queremos cero tolerancia a la violencia en el mundo del trabajo.
En México, las estadísticas del INEGI indican que cada 12 horas un trabajador renuncia a su empleo debido al acoso y la discriminación laboral. En el año 2022, se reportaron un total de 109,319 renuncias relacionadas con maltratos psicológicos y físicos, lo cual representa más de cien mil personas que abandonan su fuente de sustento y su estatus productivo a causa de problemas de violencia. Esta amenaza, que representa un veneno mortal para la clase trabajadora, podrá al fin ser atendida gracias al Convenio. Por primera vez tenemos un instrumento que reconoce de manera concreta y contundente que la violencia y el acoso laboral causa un daño en la salud de las personas.
Otro punto innovador es que establece que deberá de considerarse el impacto del trabajo doméstico a la productividad del trabajador. Reconociendo a la vez que la labor doméstica, base de nuestra economía, puede ser agotadora y demandante y generar ansiedad y agotamiento en los trabajadores.
Por último, se establece la obligación de garantizar medidas para garantizar la cero violencia y acoso laboral tales como: procedimientos de quejas, mecanismos de solución de conflictos, juzgados o tribunales y medidas de asistencia jurídica, social, médica, administrativa, para los querellantes y las víctimas.
En conclusión, el Convenio representa un hito importante en un momento crucial en el que enfrentamos diversas situaciones de estrés para el contexto actual. Es compromiso del Estado, los empleadores y las organizaciones formular acciones encaminadas a fomentar una cultura de trabajo digno y libre de violencia y acoso laboral con un enfoque integral de género para dar cumplimiento a lo que establece este instrumento. Es vital proporcionar a las personas trabajadoras el respaldo necesario para que puedan seguir expresando su fuente de vida: el trabajo digno en México.
Fuente: eldebate