Jóvenes antifeministas

Celebro que en varias naciones europeas la brecha se ha invertido y que las mujeres de 25 años y menos perciban mejores sueldos.

El exponencial crecimiento de formaciones políticas de extrema derecha en Europa (como también ocurre en Latinoamérica) se explica por el apoyo de hombres menores de 25 años que rechazan los avances del feminismo dada la supuesta pérdida de «privilegios masculinos». El declive se refleja en ingresos, tasas de empleo, poder adquisitivo, tasas de educación universitaria y hasta salud mental.

Celebro que en varias naciones europeas la brecha se ha invertido y que las mujeres de 25 años y menos perciban mejores sueldos. Ello, de acuerdo con el informe “De proveedor a precario: cómo el declive económico de los hombres jóvenes alimenta la reacción antifeminista” elaborado por el European Policy Centre que sostiene que la tendencia está enmarcada en la precariedad económica de la clase trabajadora.

Esa región experimenta un retroceso ideológico en materia de igualdad de género derivado de críticas conservadoras sobre políticas de corte feminista, como si fueran la causa. El problema no es el feminismo, es la desigualdad exacerbada por el sistema económico que limita el desarrollo de todas las personas y afecta a la juventud. Hay manipulación tras la retórica confrontativa que busca perpetuar el sistema de explotación y está funcionando. En las elecciones europeas de 2024, el 17.2% de los hombres menores de 25 años votaron por la extrema derecha respecto al 9.5% de las mujeres de esa edad.

En realidad, el deterioro de los niveles de bienestar obedece a cambios estructurales que amplían las desigualdades. Entre pocas oportunidades de crecimiento y desarrollo, malas condiciones de trabajo y la pérdida de derechos laborales generada por modelos de empleo tipo Uber, los hombres añaden las expectativas tradicionales de ser el «sustento» familiar.

¿Podemos revertir esta tendencia antifeminista? Dadas las resistencias socioculturales sumadas a las económicas, las políticas enfocadas en mejorar las condiciones para jóvenes, así como comprometer a la ciudadanía con la igualdad parece resolver el tema. No debemos ignorar las consignas de los jóvenes ni empoderar a los partidos conservadores cuya agenda suspende derechos en todo el mundo y que han triunfado en Italia, Hungría y Reino Unido.

Un enfoque integral para la igualdad debe enunciar la inclusión de las y los jóvenes y minimizar la reacción antifeminista. Hay que dominar el discurso desde el acceso a derechos, con empleos dignos, impulsar la justicia social y frenar la retórica de violencia en las nuevas generaciones.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

Síguenos en Twitter

Síguenos en Facebook