En el actual escenario público, se ha destacado con vehemencia la supuesta falta de interés de la juventud por participar en los procesos electorales, llegando incluso a menospreciar su importancia con afirmaciones desalentadoras como “los jóvenes son una pérdida de tiempo” o “no confíen en que son el futuro”. Nosotras, con indignación y fatiga, reafirmamos lo contrario. La juventud posee una relevancia innegable, ya que muestra un profundo interés en asuntos trascendentales para esta elección histórica e inédita y, sin duda alguna, constituyen un pilar fundamental para el porvenir de nuestro querido México.
En México, la participación electoral ha sido históricamente baja, con un promedio de abstencionismo del 35% en las últimas tres elecciones. Esta tendencia contrasta notablemente con el desempeño de otros países de América Latina en las elecciones de 2018, donde México apenas alcanzó el 63.4% de votantes, mientras que Uruguay brilló con un impresionante 90.1%, seguido de Bolivia con un sólido 88.4% y Argentina con un respetable 81.3%, según una investigación llevada a cabo por Statista en 2020.
A pesar de este desafío, las elecciones de 2024 se vislumbran como un escenario sin precedentes en el actual panorama político. La llegada de nuestra primera presidenta marca un hito trascendental en la historia de nuestro país, en medio de la continuidad del predominio de la izquierda en México.
Además de la vorágine de crisis sin precedentes que antes no existían o no eran tan severas, que abarcan desde la crisis ambiental y hídrica hasta la alarmante pérdida de biodiversidad, y el gran desafío que representa la irrupción de la Inteligencia Artificial, situación que el reconocido historiador Yuval Noah Harari ha señalado como una amenaza para la humanidad.
Estos son temas que resuenan profundamente en el corazón de la juventud, quienes, a pesar de ser objeto de juicios despectivos, estamos firmemente convencidas de que serán agentes de cambio en esta elección en virtud del inédito panorama político que nos rodea.
Es imperativo tener presente que la Generación Z y las y los millenials manifiestan un apasionado interés por cuestiones globales y causas sociales. Estas generaciones se distinguen por su compromiso inquebrantable con la sostenibilidad ambiental, la diversidad, la inclusión, la innovación tecnológica y su activa participación en la lucha por los derechos humanos, la justicia social y la igualdad.
Una demostración tangible de su activismo se materializó en la histórica marcha del 8M de este año, donde una notable cantidad de jóvenes alzaron su voz en repudio a la violencia de género. Estamos convencidas de que esa misma emoción se reflejará en las urnas, pues presenciar a una mujer ascendiendo a la presidencia no solo los inspira, sino que también las impulsa a ejercer su derecho al voto con fervor.
No obstante, aunque las y los jóvenes han mostrado una baja participación en elecciones anteriores, con un 53% de votantes en 2018 y un 53.84% en 2012 según datos del INE, el escenario actual podría motivarlos a movilizarse y ejercer su derecho al voto de manera más activa, pues de los 98 millones de personas registradas en la lista nominal del INE, 36 millones corresponden a jóvenes de entre 18 y 35 años, constituyendo así el 40% del padrón electoral. Este hecho es de suma relevancia, ya que marca un hito histórico al representar la elección con el mayor número de millennials y miembros de la Generación Z inscritos en la lista nominal. Sin duda, este significativo porcentaje tendrá un impacto considerable en los resultados de las elecciones y en la participación juvenil en el proceso democrático.
La participación de las y los jóvenes en este proceso electoral es fundamental ante la coyuntura histórica que atravesamos, siendo vital para una democracia saludable y esencial para asegurar que el Gobierno realmente represente nuestros intereses y preocupaciones, forjando así un porvenir más prometedor. El voto de la juventud debe tener un impacto significativo en la política y en las decisiones que afectan directamente nuestro entorno, ya que ellas y ellos son el futuro de nuestro querido México.
El próximo 2 de junio se llevarán a cabo elecciones para diversos cargos en México, incluyendo una presidencia, 9 gubernaturas, 128 senadurías, 500 diputaciones, 31 congresos locales y 1500 ayuntamientos. Algunas fechas clave a tener en cuenta durante el proceso electoral son:
Campañas electorales:
1 de marzo al 29 de mayo
Debates:
· Domingo 7 de abril
· Domingo 28 de abril
· Domingo 19 de mayo
Veda electoral:
30 de mayo al 1 de junio
Votaciones 2 de junio
Fuente: ejecentral.com.mx