La carrera armamentista de la inteligencia artificial

Por: Daniela Reyes

El martes y miércoles de esta semana se realizó la cumbre anual de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, también conocida como la Alianza Atlántica que es una alianza militar intergubernamental desde 1949) en Lituania, la cual ha sido una de las reuniones más trascendentales para la alianza en la historia moderna. Mucho se ha dicho sobre la aprobación de Turquía de aceptar que Suecia sea parte de la Alianza, o de la misma adhesión de Ucrania a la alianza, pero poco se ha hablado sobre el incremento de los 31 países para destinar el 2% de PIB como mínimo para gastos militares y el despliegue de 300,000 soldados en Europa en alerta máxima. Esto representa un 8,3% en 2023, meta que desde hace muchos años solo pocos países han podido cumplir.

Estamos viviendo un momento en donde la inteligencia artificial ha hecho obsoletas las armas nucleares. ¿Por qué un estado, o incluso un terrorista, desearía desplegar o adquirir un arma nuclear costosa y relativamente inestable cuando puede utilizar dispositivos controlados por IA mucho más baratos, que no crean un cráter radiactivo, y no destruyen activos valiosos?.

Ya estamos viendo como los “drones asesinos” son capaces vía reconocimiento facial, de señalar objetivos humanos a los que pueden lanzar un artefacto explosivo. Estos drones además de ser muy baratos es casi imposible que los sistemas de defensa aérea los derriben. Hemos pasado de armas de destrucción masiva al uso de la inteligencia artificial para seleccionar e identificar objetivos específicos.

Si bien, en los últimos 50 años, se han logrado avances en el control de armas con el Tratado de no proliferación de las armas nucleares (1968-1970), la Convención sobre armas químicas (1997) y, más recientemente, la Convención sobre armas biológicas, hoy existen armas autónomas letales que no están reguladas.

Los líderes del mundo, y sobre todo los que son parte de esta alianza militar, deben analizar la forma en que queremos dar forma a las relaciones humanas, el papel que queremos dejar a la tecnología y sus diseñadores. Estas cuestiones éticas y sociales son muy cercanas a las que enfrentamos cuando decidimos desarrollar un nuevo tratamiento médico que impacte en la salud individual, lo que implica beneficios y riesgos, solo que hoy lo estamos viviendo también desde el lado militar. Es esencial reducir el ritmo de armamento de estas tecnologías, sopesar cuidadosamente los riesgos al hacerlo y adoptar restricciones significativas sobre su uso militar. La ética juega un papel central en la regulación de la tecnología porque es la raíz de cualquier enfoque regulatorio.

El Departamento de Defensa de EE. UU. ya está experimentando con bots de inteligencia artificial que pueden volar un avión de combate F-16 modificado, Rusia ha estado probando vehículos autónomos similares a tanques, China se apresura a implementar sus propios sistemas operados por IA, y la efectividad de sus drones armados se hará realidad en los próximos años.

Para la OTAN, la capacidad de la Alianza para disuadir y defenderse de cualquier adversario potencial y para responder de manera efectiva a las crisis emergentes dependerá de su capacidad para mantener su ventaja tecnológica. Entre sus principales preocupaciones, como ellos lo han declarado, está la guerra tecnológica con Rusia y China.

Con la adopción formal de la Estrategia de IA de 2021, los Aliados se han comprometido a la cooperación y colaboración necesarias para enfrentar estos mismos desafíos tanto en defensa como en seguridad, acelerar la adopción de la IA mediante la mejora de los habilitadores claves de la IA y la adopción de los Principios de uso responsable de la IA y la protección contra las amenazas del uso malicioso de la IA por parte de actores estatales y no estatales.

Lo cierto es que hoy en día la IA es perfecta para aplicaciones militares porque puede resolver la complejidad computacional. Puede ejecutar fácilmente un algoritmo en momentos de tremenda presión y estrés, y decidir a una velocidad mucho más rápida.

Además, es una herramienta principal para el entrenamiento, que se presta a oportunidades para brindar instrucción individualizada a los soldados y al personal. Los modelos informáticos y la tecnología son fiables. Las simulaciones y los ejercicios del futuro son cada vez más reales, lo que ayuda a los militares a prepararse mejor para tiempos de guerra.

Es innegable que la OTAN está viviendo su mayor expansión geográfica en décadas. Antes de la invasión rusa a Ucrania, la alianza militar parecía haber perdido gran parte de su propósito y buscaba desesperadamente relevancia. Hoy con esta guerra estamos viendo como Ucrania se vuelve el laboratorio de pruebas para el uso y desarrollo de nuevas tácticas de guerra, y como la alianza militar debe mantenerse a la vanguardia en la carrera armamentista.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

Síguenos en Twitter

Síguenos en Facebook

Notas relacionadas

Impunidad y violencia contra las mujeres

Impunidad y violencia contra las mujeres

De las 3,900 agencias del Ministerio Público que se encuentran en los estados del país, las que se especializan en delitos contra las mujeres, violencia familiar y en feminicidios representan tan solo el 16%. Veracruz, Jalisco y Puebla encabezan la lista nacional con...

71 aniversario del voto de las mujeres en México

71 aniversario del voto de las mujeres en México

Estamos a unos días de que se cumplan 71 años de que a las mujeres se les reconociera el derecho constitucional de votar y ser votadas en elecciones federales. Para ello, a lo largo de la historia se han registrado importantes capítulos protagonizados por mujeres de...

La tómbola

La tómbola

350 Magistrados y Magistradas, y 361 jueces y juezas serán destituidos; sus vidas y sus carreras judiciales terminaron en una tómbola, hoy son los primeros; y van por todos y todas, por todo el Poder Judicial. Los corren porque así lo ordenó López Obrador y lo está...