Por: Maura Arredondo
En México, la llamada “cuesta de enero” es uno de los fenómenos económicos más temidos. En datos del INEGI, en las últimas dos décadas enero ha sido el mes con el mayor incremento anual de precios. Aunado a la falta de dinero y/o al endeudamiento que suele afectar a las y los consumidores por todos los regalos y gastos ligados a las fiestas decembrinas.
Iniciamos el año 2024, pero quedan la resaca de las posadas, fiestas decembrinas, intercambios de regalos, cena de navidad y festejo de año nuevo, así como, los gastos generados por las “reinas magas” y, sobre todo, el incremento en los precios de la canasta básica. En algunos casos, el inicio del año es más difícil, porque las jefas de familia están cargando los motores para un año repleto de compromisos y atribuciones financieras.
Me comentó Norma que ella marca el ritmo de las celebraciones durante el año, “Tengo un papel de responsable de las finanzas y previsora, porque se con exactitud la medida de los gastos que requerimos cada mes del año”, “Llevo muchos años que ha pasado al frente de mi casa (tantos que ya no sé cuántos y sonríe), me toca ahorrar y muchas veces estirar el dinero”.
A esto me refiero cuando las nombro” Finanzas en tacones” porque muchas mujeres jefas de familia, tienen la experiencia para enfrentar cualquier situación por difícil que parezca. Y hemos visto como, desde la pandemia, la economía de las familias se ha deteriorado más; y hoy en muchos hogares con mujeres al frente, tienen carencias que tienen que soportar, sumado a la indiferencia y/o algún tipo de violencia que sufran.
La Encuesta Nacional de Bienestar (ENB) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela 5 de cada 10 mexicanos padecen ansiedad porque no pueden sufragar los gastos del mes. ¡Imagínense cómo se pondrá la cuesta de enero cuando el estrés y la ansiedad en las mujeres aumenta!. Por ello, esa misma encuesta muestra que las mujeres son menos felices que los hombres, lo cual se debe a que los problemas económicos alejan a los hombres de sus parejas, buscan refugio en las parrandas con los amigos y sus esposas no tienen otra alternativa que usar su ingenio para alimentar a sus hijas e hijos. La mujer con las “riendas” del hogar, se ha incorporado al mercado laboral y su participación les da libertad económica, porque su esfuerzo diario por llevar el sustento al hogar sirve también para sensibilizar a la sociedad de las luchas en las familias monoparentales, y al involucrarnos, nos da un rostro más humano; que buena falta nos hace en esta cuesta de enero que se perfila especialmente complicada.
En datos de YouGov_Profiles, revela que las mujeres mexicanas de 55 años y más son el grupo de consumidoras que con mayor frecuencia dice ser más cuidadoso con sus finanzas de lo que era antes, seguidas no tan de lejos por las mujeres de 45 a 54 años y por los hombres de 45 años en adelante. Sin embargo, las mexicanas jóvenes son las que más incapaces se sienten de manejar una crisis financiera personal. Ante la posibilidad de enfrentar un evento desafortunado (como la bancarrota o perder su casa), el 38% de las mexicanas de 18 a 24 años y el 30% de las de 25 a 34 años dudan poder manejarlo. A nivel nacional, en promedio sólo el 25% de las y los consumidores del país no cree poder lidiar con una crisis de esas características.
La inestabilidad económica podría llevar a una rápida acumulación de deudas entre estos grupos financieramente vulnerables, especialmente a través de instrumentos como las tarjetas de crédito. Pese a que, en promedio, el 56% de la población en México asegura que solo utiliza préstamos bancarios y tarjetas de crédito cuando es completamente necesario. Aún si no se acumulan deudas por compras impulsivas, México ya destaca a nivel internacional por el impago de deuda en tarjetas de crédito. De acuerdo con una encuesta realizada en 18 mercados internacionales, 17% de la población decía haber caído en una situación de impago con algún préstamo o tarjeta de crédito en los últimos 12 meses. La cifra es casi el doble del promedio internacional de 9% y es la más alta entre las observadas en los mercados analizados, empatado con los Emiratos Árabes Unidos.
En este contexto, las mujeres que no viven con su pareja, ya sea porque son madres solteras, divorciadas o viudas tienen que trabajar para sustentar su hogar y con ellos optimizar la administración de los ingresos que les permita asegurar un mejor futuro para ellas y para los suyos. Mi mayor reconocimiento paras las “jefas de familia” que enfrentan una compleja cuesta de enero, pero que, con fortaleza y valentía siguen trabajando día con día y resolviendo las “Finanzas en tacones”.
Fuente: nxnoticias.com