Por: Marina San Martín

El 20 de agosto de 2023, la Selección Española Femenina de Futbol ganó su primera Copa Mundial. Lamentablemente, tan significativa meta se vio opacada por las conductas machistas inapropiadas del entonces Presidente de la Real Federación de este deporte en tal país, destacando el beso no consentido a una integrante del equipo.

Aunque el agresor intentó minimizar sus actos, tras la renuncia colectiva ocurrida, fueron reconocidos como violencia sexual dando lugar a su destitución e inhabilitación, aunque solo por tres años.

Estos negativos hechos, que restaron protagonismo al histórico triunfo, pusieron de manifiesto el acoso, los prejuicios y las diferencias que, por razones de género, las mujeres del balompié soportan para defender su pasión e inclusión en este ámbito.

De acuerdo con la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), en 2023, hay 16.6 millones de jugadoras organizadas a nivel global; cifra que aumentó en un 24% en relación con las 13.3 millones registradas en 2019; mismo periodo en que creció, exponencialmente, su participación en México a un 2,900%, al subir de 50 mil a 1 millón 500 mil.

A pesar del talento que muestran estas profesionales; su lucha continúa por salarios justos, seguridad social, y licencias médicas, como la de maternidad; así como, para contar con el respaldo institucional, y con las mismas condiciones laborales que sus pares masculinos.

Por poner un ejemplo, con base en el ranking de Forbes en este año, hay una alta discrepancia en las ganancias de Cristiano Ronaldo y Alex Morgan, como las dos personas futbolistas mejor pagadas internacionalmente, en la categoría varonil y femenil, respectivamente; pues el ingreso anual del primero, calculado en 260 millones de dólares, es 36.6 veces mayor al que recibe la segunda, con 7.1 millones de dólares.

Estas distinciones también se observan en las coberturas mediáticas con menor interés en las victorias que ellas concretan, para dar más peso a su cosificación.

Como expresara Jenni Hermoso, quien es parte de la plantilla española coronada, con la conquista del título obtenido, lograron “algo más profundo y trascendental”, pues no llegaron a ser campeonas “para alzar un trofeo, recibir un bono de compensación o salir en portadas”; sino que lo fueron “porque esa era la única forma de ser escuchadas, respetadas y valoradas”.

Las voces de las futbolistas se han levantado con fuerza, para hacer retumbar en los oídos de la sociedad, en especial, de los tomadores de decisión, la exigencia de sus demandas de igualdad que por años se han silenciado.

En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre, es momento de cambiar el marcador de su normalización, metiendo goles para vencerla; así como de emparejar la cancha en favor de las atletas, pensando en las niñas que sueñan con desarrollarse en este campo con libertad, equidad y seguridad.

Fuente: heraldodemexico.com.mx