Por: Claudia Castello
La noche del pasado lunes 15 de enero, mientras convivía con su esposo e hijo en su domicilio, Lorenza Cano Flores fue secuestrada por un grupo de hombres armados, quienes en el intento por secuestrarla y al encontrar resistencia de sus familiares, asesinaron a ambos, llevándosela de cualquier manera, ¿pero ¿quién es Lorenza Cano o qué había hecho para ser blanco de un grupo criminal? Lorenza es una madre buscadora, integrante del colectivo Salamanca Unidos por los Desaparecidos, al cual se había unido en 2018 en busca de su hermano, desaparecido ese mismo año.
Como cientos de mujeres en nuestro país, Lorenza había salido a las calles en busca de su hermano José Francisco Cano Flores, desaparecido el 17 de agosto de 2018, salía a hacer lo que el gobierno federal no ha hecho, buscar a las miles y miles de personas que, como su familiar, simplemente un día “desaparecen” por todo lo largo y ancho del territorio nacional, sin que ninguna autoridad haga algo más que dar declaraciones vacías.
Esta mujer de 55 años, radicada en Salamanca, Guanajuato, había cobrado relevancia en su colectivo por su empeño en la búsqueda de su hermano, por ello su secuestro rápidamente generó indignación en otros grupos de madres buscadoras, la Unión Regional de Búsqueda del Bajío, así como la Red Internacional de Asociaciones de Personas Desaparecidas, han exigido a las autoridades federales y estatales presenten con vida a su compañera Lorenza Cano, también Ceci Flores Armenta, la líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, mostró su apoyo en un video en redes sociales.
Su secuestro ha provocado indignación, toda vez que los criminales fueron por ella a su casa y asesinaron a su esposo, Miguel Ángel Martínez Vargas, y a su hijo, Miguel Ángel Martínez Cano, quienes vivían y trabajaban en Estados Unidos, ambos habían llegado a visitarla en diciembre pasado para pasar las fiestas decembrinas con ella y estaban a punto de regresar, así que dos mexicanos que primero fueron expulsados de su país, obligados por la ausencia de trabajo, ahora que regresan son asesinados; lo que muestra no sólo el terrible fracaso de este gobierno para mejorar las cosas, sino su incapacidad para evitar que empeoren.
Y eso es lo terrible de este caso, que, dado el aumento de las desapariciones, los colectivos de madres buscadoras se multiplican y cada vez son más notorios, pero no por buenos motivos o porque sean ayudados y reconocidos por el gobierno, sino porque ante el abandono de la supuesta “cuarta transformación” en esta materia, ahora se encuentran expuestas a la violencia criminal que desea detener su labor para no ser exhibidos por ellas.
Solamente de enero de 2020 a mayo de 2023 se han registrado, según datos oficiales, a cinco personas buscadoras asesinadas en el estado de Guanajuato. Entre éstas se encuentran tres mujeres: Teresa Magueyal, del colectivo Una promesa por Cumplir, el 2 de mayo de 2023 en Celaya; a María del Carmen Vázquez, el 6 de noviembre de 2022 del colectivo Personas desaparecidas de Pénjamo, y María del Rosario Zavala Aguilar, asesinada en octubre de 2020 por varios disparos en la puerta de su casa. Y también dos hombres: Francisco Barajas Piña, de la Comisión de Búsqueda de Personas desaparecidas de Guanajuato, quien murió en un ataque armado en Salvatierra en junio de 2021, así como a José Ulises Cardona Zavala, hijo de Rosario Zavala, asesinado en León, en junio de 2022.
Pero estos datos sólo son un botón de muestra, ya que las desapariciones han aumentado en todo el país, por ello personajes como la líder Ceci Flores de Sonora han cobrado una notoriedad dolorosa. Sin embargo, mientras el gobierno federal sigue proclamando que “primero los pobres” en lugar de atender realmente el problema, ni las recibe, ni las atiende, ni las apoya, todo lo contrario, recordemos que apenas el 14 de diciembre pasado las autoridades “ajustaron” el número de personas desaparecidas en México, bajando la cifra de 110,964 a sólo 12,377, ¡una reducción de casi el 90%!
En una argucia propia de las peores dictaduras, el gobierno federal tuvo “la gran idea” de reducir el número de personas desparecidas ajustando las categorías en que las clasificaban. La inacción del gobierno, su desatención y el intento de ´desaparecer´ el problema, propicia que los grupos criminales actúen con crueldad e impunidad, y vayan contra las madres buscadoras que hacen el trabajo que las autoridades no quieren hacer. Por ello, Lorenza Cano es una víctima más de la política del olvido, la indiferencia y la ineficacia del gobierno federal, que, no lo olvidemos, cobra víctimas día con día. Por ello, no dejemos de alzar la voz, para que paren las desapariciones, para que el gobierno asuma su responsabilidad de buscarles y hacer justicia, y para no olvidar la heroica labor de las madres buscadoras.
Fuente: etcetera.com.mx
