“Una gran y hermosa ley”. Así se denomina el paquete fiscal enviado por Donald Trump al Congreso que beneficia a los más ricos al recortar impuestos y va contra la población más desfavorecida al eliminar ayudas alimentarias, becas y programas de salud, pero también aplica un impuesto de 3.5% a las remesas enviadas al extranjero que realicen aquellas personas que no sean ciudadanas.
La propuesta inicial fijaba una tarifa del 5% pero el cabildeo de la Embajada y de integrantes del Senado mexicano, lograron la modificación a la baja. La norma pasó el primer filtro el 22 de mayo en la Cámara de Representantes y este lunes el Senado comenzó sus deliberaciones. Se espera que Trump firme el decreto el 4 de julio en el marco del 249 aniversario de la independencia de Estados Unidos.
Las remesas que llegaron en abril a nuestro país registraron ya una caída del 12%, un dato no visto desde 2009 cuando la economía resentía la crisis global que provocó desempleo y fuga de capitales. Varios factores pueden ayudar a explicar la decisión de millones de connacionales de disminuir el flujo de dólares enviados a México.
En primer lugar, la percepción sobre el curso de la economía, lo que se conoce como confianza del consumidor, que tuvo una leve mejoría en mayo después de que Trump diera marcha atrás a los aranceles recíprocos. Sin embargo, la errática política comercial provocó la caída del PIB estadunidense en el primer trimestre de este año (0.2%); además la depreciación del dólar se ha intensificado como consecuencia del elevado endeudamiento exterior.
Aunque la tasa de desempleo se mantiene estable (4.2% en mayo), las compañías están reconsiderando sus inversiones y los hogares se están volviendo más cautos. La incertidumbre cruza todos los estratos sociales y todos los segmentos poblacionales. Ese es el factor que cobra mayor peso en explicar por ahora, la caída de las remesas.
Se debe también al endurecimiento de las políticas contra las personas migrantes, miles de las cuales permanecían de este lado de la frontera a la espera de respuesta a sus solicitudes de asilo. En su gran mayoría recibían dinero de familiares desde Estados Unidos durante su pernocta; al abandonar el país, los flujos se han desplomado.
Otra causa es que las redadas contra la población latina indocumentada en domicilios y centros de trabajo ha inhibido el interés de miles por salir a trabajar, priorizando sus ahorros para el sustento familiar con lo que disminuye el monto de los envíos monetarios a México.
Aquel slogan de la primera campaña presidencial de Bill Clinton, “es la economía, estúpido” que sugería que ese rubro era el principal problema de los votantes, cobra vigencia en medio de la incertidumbre que justo ahora envuelve a la economía más desarrollada que no tiene certeza de hacia dónde se dirige.
Las veleidades de Trump sobre la imposición de aranceles al comercio exterior le crearon incluso, el mote de TACO en Wall Street: Trump Always Chickens Out (Trump siempre se acobarda). La salida de Musk del gobierno es un tema adicional.
Los siguientes meses serán determinantes para medir el comportamiento económico en la Unión Americana. La recesión asociada a un bajo crecimiento no está descartada. El incremento del déficit fiscal y la amenaza de un alza inflacionaria debido a los aranceles, complican el futuro. Como siempre, los más pobres pierden.
Fuente: elsoldemexico