En la era digital es cada vez más común demostrar nuestra identidad a través de los datos biométricos los cuales, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, se refieren a aquellas características físicas, fisiológicas, de conducta o de aspectos de personalidad que corresponden a cada individuo.
Ejemplo de esta información personal, tal y como se reconoce en la legislación capitalina, son la huella digital, el iris o la voz, que usamos como llaves para ingresar a aparatos electrónicos, sitios de Internet o portales de servicios.
Si bien su empleo tiene como propósito simplificar procesos, acotando los riesgos de suplantaciones, atendiendo a que estos elementos, en principio, no pueden falsificarse, por tratarse de rasgos únicos; lo cierto es que su administración no está exenta de vulneraciones.
En este sentido, mediante la utilización de la inteligencia artificial (IA) se han logrado reproducir, de manera casi exacta, los fonemas de alguien a partir de archivos previos. Esto ha permitido a los cibercriminales aprovechar esta innovación para replicar las notas sonoras con solo una muestra de audio original, implementando nuevas formas de estafas que quebrantan nuestra intimidad.
Por mencionar algunas maneras, se han presentado situaciones de llamadas de extorsión, en que las víctimas de los hackers conversan por teléfono con sus familiares, quienes se escuchan como si fueran reales, en las que solicitan ayuda para resolver un problema en el que, supuestamente, se han involucrado y cuya solución requiere de una transferencia monetaria.
Otro caso de violación a la esfera de los usuarios fue el relacionado con un mal manejo de una aplicación de captación de sonidos promovida por la asociación deportiva española LaLiga EA Sports, que salió a la luz en 2019 y que la hizo acreedora a una sanción de 250 mil euros por parte de la Agencia Española de Protección de Datos.
Por medio de esta herramienta, los micrófonos de los dispositivos se activaban para obtener retransmisiones y detectar si los aficionados veían partidos de fútbol en lugares no autorizados, incluso llegando a conocer su geolocalización. La gravedad de la situación no solo residía en la falta de los permisos para llevar a cabo esta acción, sino también en la creación de un rastro acústico que capturaba conversaciones sobre asuntos familiares o patrimoniales.
Ante estas transgresiones de confianza, es importante tener en cuenta que, en el Día Mundial de la Voz, 16 de abril, como lo expresara el escritor chileno, Alejandro Jodorowsky, hay que cuidarla, porque es nuestro segundo rostro que revela nuestra inteligencia, sentimientos, deseos y fuerza.
Esta fecha nos invita a reflexionar sobre su valor, no solo como medio para comunicarnos, sino como atributo propio que, al ser exclusivo, su imitación nos expone. Por lo tanto, debemos tomar las precauciones que aseguren su control, para que no nos la quiten.
Fuente: heraldodemexico.com.mx