Una buena noticia tenemos en torno a temas relativos a los derechos de las mujeres y su acceso a una vida libre de violencia, atenderemos en este espacio de reflexión en torno al Día Naranja cómo en todas las agendas públicas se está poniendo en la mesa, como un tema prioritario, el impulso a un sistema nacional de cuidados.
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados ENASIC proporciona información estadística sobre la demanda de cuidados en los hogares y las personas que brindan cuidados; identifica la demanda y cobertura para la población objetivo de cuidados; e indaga las repercusiones en la vida de las personas cuidadoras, en específico de las mujeres, y el impacto en la incorporación laboral. También, identifica las redes de apoyo, la percepción de la población acerca de la responsabilidad compartida en el cuidado, entre otros.[2]
En su versión 2022 según este instrumento en México los hogares con personas susceptibles de recibir cuidados corresponden al 77.8%, las personas susceptibles de recibir cuidados 28.8 % son hombres y 29.5% mujeres. Las personas con discapacidad o dependencia por parentesco de la persona cuidadora principal 30.7% es la madre, 3.0 millones de personas reciben cuidados por algún integrante del hogar.
En nuestro país las mujeres sostienen el 75 % del cuidado no remunerado en México y dedican 43 horas semanales, en promedio, a tareas del hogar y cuidado no remunerado, esto es 2.3 veces más que los hombres, es decir hay un impacto diferenciado que deja en desventaja a las mujeres, pues muchas mujeres no tienen la oportunidad de elegir entre quedarse en el hogar o salir a trabajar, y no pueden desarrollarse plenamente ni en libertar de elegir.
Como lo afirma ONU Mujeres, “los estudios sobre el empoderamiento económico de las mujeres ha recibido una atención creciente en los últimos años, identificando los factores que lo limitan y lo posibilitan, entre los cuales los sistemas de cuidados son un factor clave, porque inciden en la reducción y redistribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que realizan las mujeres.”[3]
Por eso es necesario crear un conjunto de políticas, programas y acciones articulados para garantizar los derechos de todas y todos aquellos que necesitan y brindan cuidados, un sistema que garantice el acceso y disfrute del derecho a los cuidados estableciendo la corresponsabilidad entre mujeres, hombres, familias, comunidad, mercado y el Estado. Los componentes de un sistema de cuidados son una legislación que le regule, servicios de cuidados accesibles dentro y fuera del hogar, mejoras en las condiciones de trabajo de las personas cuidadoras, distribución entre la sociedad, el mercado laboral y el gobierno y el reconocimiento de la importancia del sector de cuidados.
Es tan importante el impacto de este sistema principalmente en las mujeres, en las personas cuidadoras y en quienes reciben los cuidados, que las nuevas autroidades electas no pueden ignorar su responsabilidad para instrumentarlo, lo cual nos genera una positiva expectativa, y sobre el que los grupos feministas y las activistas no quitaremos el dedo del renglón y la exigencia permanecerá hasta que sea una realidad.
Queremos cotidiano una sociedad con mujeres empoderadas, que puedan desarrollarse y encontrar su plenitud, en la que los roles de cuidado se compartan entre quienes tienen la responsabilidad y encontrando un estado que respalde dichos quehaceres, y autoridades que dimensionen la urgencia de su implementación, eso lo queremos cotidiano.
Nota al margen. Queridas personas lectoras de la cotidianidad de las mujeres, en ocasión y a propósito de la reciente jornada electoral, les hago llegar mi agradecimiento por su confianza y respaldo, seguiré trabajando con todo ánimo en torno a todo aquello que permita que las mujeres tengamos acceso a una vida libre de violencia.
Fuente: mxnoticiero.com