En los últimos años, el sector turístico dejó de ser una prioridad para el gobierno. El Ejecutivo federal, con el aval de sus mayorías en el Congreso, abandonó al turismo nacional y descuidó muchas otras áreas que impactan directa o indirectamente en la competitividad del sector.
La política turística se aisló de los espacios de decisión transversales que la vinculaban con otros esfuerzos institucionales, como la política migratoria, la política de inversión o la estrategia de seguridad.
La crisis de seguridad ha provocado que algunos destinos sean ahora lugares peligrosos para los visitantes. Se ha abandonado el desarrollo de infraestructura estratégica y la inversión en los destinos turísticos.
También se desmantelaron instituciones como el Consejo de Promoción Turística de México, así como los esfuerzos de promoción de México en el mundo. Y se eliminaron fideicomisos que garantizaban los recursos necesarios para hacer frente a situaciones de desastre (Fonden) o aseguraban la inversión en el desarrollo de capacidades de seguridad de autoridades locales (Fortaseg).
En 2020, la emergencia sanitaria del Covid-19 impactó gravemente en el turismo global. En los años posteriores, la recuperación plena y el buen desempeño del turismo mexicano se deben, en gran medida, a los esfuerzos emprendidos por la iniciativa privada en conjunto con los gobiernos locales: desde la promoción turística hasta la inversión estratégica en el sector.
En ese contexto, Coahuila se distingue nuevamente como un caso de éxito. El gobierno encabezado por Manolo Jiménez Salinas reconoce la importancia estratégica del sector turístico como un motor para impulsar la competitividad económica y el desarrollo incluyente. Coahuila es una potencia industrial –primer lugar nacional en producción de vehículos y segundo lugar con mayor contribución al total de exportaciones–, pero tiene todo para convertirse en una potencia turística.
Hace unos días, en el Tianguis Turístico México 2024, el gobernador presentó la marca “Sorpréndete con Coahuila”: la plataforma que permitirá potenciar la identidad, los atractivos, los destinos y la vocación turística de la entidad. Una estrategia que, además, está articulada con la política de atracción de inversiones y otros esfuerzos para detonar el desarrollo y mejorar las condiciones de vida de las familias coahuilenses.
En el encuentro nacional, la diversidad y la riqueza de Coahuila fueron reconocidas con tres prestigiosos galardones. El municipio de General Cepeda ganó el premio Mágico México Excelencias en la categoría “Paleontología”; Cuatro Ciénegas fue reconocido en la categoría “Cultural”. Y Saltillo fue ganador en la categoría “Ciudad de excelencias”. Cada uno de estos premios representa un reconocimiento del enorme potencial que tienen los destinos turísticos coahuilenses.
Coahuila también es el estado invitado a la Feria Nacional de San Marcos, en Aguascalientes, donde está representada con sus ocho pueblos mágicos; espectáculos culturales y musicales; su producción vinícola; así como símbolos representativos de la cultura vaquera y del rodeo.
Este impulso del gobierno estatal al sector turístico está dando resultados contundentes. En las vacaciones de Semana Santa, Coahuila recibió casi medio millón de visitantes, que representaron una derrama económica de casi 550 millones de pesos. Los pueblos mágicos registraron una ocupación hotelera de 100%.
El turismo es un sector estratégico para impulsar la competitividad, el crecimiento económico y el desarrollo social. Coahuila lo sabe. Y va por buen camino para consolidarse como un gran destino turístico nacional e internacional.
Fuente: eldiariodecoahuila.com.mx