por Maura Arredondo | Jun 26, 2024 | De las plumas 50+1
¿Cómo administramos y controlamos o no, nuestras finanzas personales?; ¿qué tanto orden tenemos cuando gastamos y nos endeudamos?; ¿qué tipo de sensaciones experimentamos cuando contratamos un crédito o no saldamos una deuda?, son algunas preguntas que se propuso responder la primera Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) levantada por el INEGI.
El sondeo, primero de su tipo en el país, recogió la opinión de personas mayores de 18 años para conocer sus metas financieras y los obstáculos que enfrentan para alcanzarlas. Aun cuando el Instituto ha desarrollado instrumentos demoscópicos muy útiles como la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares (ENFIH) o la de Inclusión Financiera (ENIF), existía la necesidad de explorar la salud o el bienestar financiero incorporando elementos subjetivos como los rasgos de personalidad.
52% de la población manifestó tener algún tipo de ahorro. Para las mujeres el porcentaje fue de 49.3% y para los hombres de 55.2%. La encuesta encontró que, contrario a lo que pudiera suponerse, a medida que aumenta la edad, la tendencia a tener ahorros decrece. El grupo de 18 a 29 años, los más jóvenes con ingresos, presentó el mayor porcentaje de personas ahorradoras, le siguió el grupo de 30 a 49 años.
En contraparte, 36.2% de la población reportó tener algún tipo de deuda; aquí el porcentaje de mujeres fue menor que el de los hombres (34.1% y 38.7%). El grupo de edad que reportó mayor porcentaje en el atraso de pagos fue el de 18 a 29 años y el que menos reportó fue el de 65 años y más.
Las personas consultadas estiman que el dinero que se necesita para cubrir gastos en Ciudad de México es de 29 mil 500 pesos mientras que en Chiapas es de siete mil. ¿En qué desembolsaron quienes tuvieron dinero suficiente para cubrir sus gastos? En realizar compras pendientes o darse sus gustos, ahorrar o aumentar sus ahorros y pagar o adelantar pagos de deudas, en ese orden.
En cuanto a seguridad financiera 45.9% de la población mencionó que casi nunca o nunca le sobra dinero al final del mes. Una tercera parte de las personas consultadas informó que, durante el último mes, no tuvo dinero suficiente para cubrir sus gastos sin endeudarse. Y para tener recursos se vieron en la necesidad de reducir sus gastos, pedir prestado a familiares o amigos, trabajar horas extras y como última opción, vender o empeñar algún bien.
La principal preocupación financiera de la población es el aumento de deudas. El 36.9% de la población manifestó encontrarse en un nivel alto de estrés financiero. Zacatecas y Baja California son las entidades con mayor estrés financiero y Nuevo León y Quintana Roo las de menor; así como el nivel es mayor en mujeres (42.2%) que en hombres (30.7%).
Entre las principales metas financieras de mujeres y hombres destacó en primer lugar comprar o terminar de pagar su casa, en segundo lugar, es interesante cómo las mujeres señalaron como meta dar estudios a sus hijos o hijas.
La ENSAFI resulta una herramienta valiosa para la comprensión de las finanzas personales aunque no profundiza en el perfil económico de quienes respondieron. Mejorar el entorno económico pasa por aumentar los niveles de ingresos y disminuir la cantidad de población en situación de pobreza, también de una educación financiera temprana en igualdad entre hombres y mujeres para lograr mayores niveles de autonomía económica, fundamental para abatir brechas de género y desigualdad.
Fuente: elsoldemexico.com.mx
por Maura Arredondo | Jun 25, 2024 | De las plumas 50+1
Desde el siglo pasado las mujeres han luchado porque se reconozcan nuestros derechos para participar en cargos públicos y en espacios de decisión para poder avanzar hacia la consolidación de la paridad democrática en México.
La primera vez que una mujer pudo ejercer el derecho al voto fue en 1923, cuando votaron por primera vez, pero únicamente en el Estado de Yucatán.
Posteriormente el 17 de octubre de 1953 durante el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines, se publicó el decreto de reforma al artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) reconociendo la ciudadanía de las mujeres y su derecho a votar.
Durante todo este tiempo hemos podido observar la resistencia política y social para que las mujeres podamos ser electas democráticamente, un ejemplo de ello es el lamentable caso de las “Juanitas”, en el que se postulaban mujeres para cumplir con la legislación para que posteriormente ellas renunciaran y fuera el hombre quien ejerciera el cargo.
También podemos recordar el caso de las “Manuelitas” en el que legisladoras fueron presionadas para renunciar y tomaran su posición los hombres; o como aquellas candidatas que compitieron en total desigualdad, sin presupuesto y con constantes casos de violencia política en razón de género.
El principio de paridad derivado de la reforma constitucional de 2014, establece que todos los partidos políticos deben postular igual número de hombres y mujeres, es decir, paritariamente.
La paridad no debe ser entendida como una acción afirmativa, tampoco como una “cuota”, sino como un principio que garantiza los mismos derechos entre hombres y mujeres para poder participar en puestos de elección popular para buscar un equilibro y asegurar la participación igualitaria en los espacios de decisión.
A cada logro y reconocimiento de los derechos de las mujeres le antecede una lucha constante y permanente para disminuir las desigualdades legislativas y sociales.
Este pasado 6 de junio, se cumplieron cinco años de la reforma del 2019 llamada “paridad en todo”, en la que se reformaron los artículos 2, 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115 de la CPEUM, una reforma transversal que incluye la paridad en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, así como en los órganos autónomos.
Esta reforma fue respaldada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con la sentencia del Recurso de Reconsideración SUP-REC-1414/2021 y sus acumulados, garantizando la paridad en todos los órganos de los Estados.
La fracción I del artículo 115 de la CPEUM señala que: “Cada Municipio será gobernado por un Ayuntamiento de elección popular directa, integrado por un Presidente o Presidenta Municipal y el número de regidurías y sindicaturas que la ley determine, de conformidad con el principio de paridad. La competencia que esta Constitución otorga al gobierno municipal se ejercerá por el Ayuntamiento de manera exclusiva y no habrá autoridad intermedia alguna entre éste y el gobierno del Estado”.
Los diez artículos reformados en la CPEUM forman parte del largo andamiaje legal e histórico en favor de los derechos políticos de las mujeres ya que garantiza legalmente que el 50% de los cargos de decisión en los tres poderes del Estado y órganos autónomos sean para las mujeres.
Aún faltan muchos cambios estructurales y sociales para que este camino sea efectivo y no solo simulaciones para cumplir con lo establecido en las leyes. El reconocimiento pleno de los derechos políticos electorales debe ser una prioridad en la vida democrática ya que representamos casi el 52% de la población total del país.
Reflexionar y mirar al pasado donde nuestras ancestras jamás pudieron ser ciudadanas, mucho menos ejercer el derecho a votar y ser votadas, tampoco tuvieron la oportunidad de ver a la primera gobernadora, alcaldesa, diputada o senadora, e impensable a una presidenta de la República, nos hace hoy comprender que su lucha no ha sido en vano, que hemos revolucionado y evolucionado en el ejercicio inherentes de nuestros derechos.
A escasos días de haber finalizado la elección más grande de la historia de México, tenemos a la primera mujer presidenta de nuestro país, no vamos a dar un paso atrás en esta lucha, es momento de enaltecernos y unirnos, de seguir trabajando en la igualdad, en llevar cabo acciones para reducir las desigualdades, erradicar la violencia contra las niñas, niños y mujeres, de luchar porque la justicia sea pronta y expedita y no tenga que ser motivo de marchas y exigencias, queremos un país paritario, de igualdad y libre de violencia para nosotras.
Fuente: parentesislegal.com
por Maura Arredondo | Jun 25, 2024 | De las plumas 50+1
El sistema de representación proporcional es uno de los métodos que últimamente se han traído a debate en nuestra democracia mexicana debido a que algunos lo consideran excesivo y otros algo necesario, por lo cual resulta indispensable conocer su razón de ser para comprender la naturaleza de su origen y así podamos reflexionar sobre su viabilidad o mejoramiento de este.
Este sistema, según diversos estudiosos de la materia, señalan que tiene como objetivo que la ciudadanía logre ser representada por el partido que haya elegido y tratar de equilibrar las fuerzas políticas dentro de los órganos legislativos, pues de esta manera se logra garantizar la participación de la minoría y no llevar a un alto grado de sobrerrepresentación de los partidos que hayan sido los ganadores.
En este tenor, es que se evita que los partidos políticos predominantes sean los únicos que puedan tomar las decisiones, generando un modelo hegemónico, sin permitir que otras propuestas puedan permear sobre la mesa y las necesidades que la sociedad civil exija se vean excluidas, lo que provocaría que solo unos cuantos estarían decidiendo, por lo cual la esencia de la representación proporcional intenta que todos los votantes sean representados, además de que es el único modelo que logra ocupar cada uno de los votos emitidos en la elección.
En México, este modelo conllevó un recorrido histórico que ayudó al país a transitar a la democracia de manera armoniosa junto con las instituciones que se iban creando para garantizar este pluralismo al interior de los órganos legislativos, pues de esta forma se mantenían condiciones de equidad en la contienda electoral y al mismo tiempo se tutelaban los derechos políticos electorales de la ciudadanía por medio de entes jurisdiccionales.
En este sentido, es que las diferentes reformas coadyuvaron a equilibrar la balanza de los poderes políticos y dar el tan esperado cambio con la alternancia en la presidencia de la república con el Partido Acción Nacional en el año 2000, el cual algunos académicos lo consideran como la consolidación de la democracia, sin embargo, era el inicio de un sistema que continúa transformándose.
Ahora bien, la asignación de escaños a nivel federal y local se da diferentes maneras, por un lado, en el órgano legislativo federal se da en dos cámaras la de diputados en la cual se tienen que designar 200 por medio de esta vía de representación proporcional, mientras que en el senado son únicamente 32, en donde existen reglas básicas como el umbral de la votación emitida para acceder los curules, la sub y sobrerrepresentación, entre otras.
Por otro lado, en el ámbito local se encuentran los diputados locales plurinominales que dependerá de cada estado y el número de diputados que integran su congreso local, mientras que en los municipios igual depende de la cantidad de regidores que integran la planilla para determinar a los que son designados por representación proporcional, en las que igual mantienen reglas establecidas en sus normativas electorales locales.
En conclusión, los espacios de representación proporcional en esencia se crearon para que las decisiones no fueran realizadas por un sólo partido, sino que busca también que otras propuestas políticas puedan ser incluidas dentro de la agenda legislativa, en donde la sociedad civil se vuelve un hilo conductor que intenta agrupar distintas necesidades que logren ser representantes con estas minorías que ayudan a equilibrar la balanza entre los distintos poderes políticos, permitiendo que la democracia siga fortaleciéndose; sin embargo, aún hay retos y desafíos que afrontar sobre este sistema del cual habría varias preguntar que replantearse cómo la forma en que se da esta representación y si la cantidad verdaderamente representa a las minorías, o si sería necesario encontrar nuevas alternativas que ayuden a contribuir a la mejora de este.
Fuente: puebla.contrareplica.mx
por Maura Arredondo | Jun 24, 2024 | De las plumas 50+1
Lograr que la Constitución establezca como principio rector a la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres y que se aplique la paridad en todas las candidaturas a puestos de elección popular, y en cargos públicos, no ha sido fácil, y tampoco está siendo fácil que se respete este marco jurídico que corrige la discriminación ancestral e histórica que ha excluido a las mujeres de sus derechos.
Pero las resistencias a los cambios legales que reconocen a las mujeres como sujetas de derechos políticos y electorales se expresan descaradamente en cada proceso electoral. Ante esto, es necesario señalar que el peor enemigo de la paridad es el partidismo machista, porque es ahí, en las dirigencias de los partidos dominados por hombres que no comparten nuestra lucha, donde se gestan las trampas para tergiversarla.
Y no hay partido que se escape de no hacer fraudes a la ley, usurpando los espacios que corresponden justamente a las mujeres, Por ejemplo, la simulación de convertir a señores, por omisión o comisión, en mujerestrans, lo que es una farsa que puede perpetrarse por el grado de misoginia y animadversión contra las mujeres.
Las trampas del machismo partidista tienen su historia. Recordemos que en 2008 mujeres diputadas renunciaron para que su suplente, un señor, ocupase la curul. En 2018 el fenómeno fraudulento volvió a aparecer en la elección local de Chiapas, las mujeres renunciaron para dejar su espacio a los señores. Y ese año hombres se hicieron pasar por muxes en Oaxaca, lo que pudo ser corregido a tiempo por la autoridad jurisdiccional.
En la pasada elección del 2 de junio, han sido electos como “alcaldesas” en Michoacán más de 30 señores que de un día para otro, sin tapujos, se han convertido en mujeres trans, para ocupar espacios señalados para mujeres. Habría que hacer una revisión de toda la elección que tuvo por primera vez, una contienda en el nivel municipal de cientos de cargos.
Michoacán es un caso vergonzoso y los partidos políticos tienen la principal responsabilidad en el fraude alevoso al registrar a señores en espacios que corresponden a las mujeres, pero también los órganos electorales tienen responsabilidad al abrir la inclusión basada en un lineamiento de buena fe, que termina dañando la lucha de siglos, que las mujeres han emprendido en contra de su opresión.
La magnitud de las trampas, donde señores de repente se autoadscriben como mujeres trans, para ser incluidos en los espacios que corresponden a las mujeres, es realmente inaceptable y una burla a la inteligencia. Estas trampas evidencian es posible se simule la percepción del “fuero interno de una persona” que siendo hombre toda su vida, se dio cuenta de un día para otro, que es mujer, casualmente antes de su registro en su municipio donde debía cumplirse la paridad.
Esta situación debe corregirse para no permitir que se invoquen las acciones afirmativas para impedir el avance de los derechos de las mujeres.
No se puede negar que estos hechos, también evidencian diferencias que es necesario se pongan a discusión con la debida libertad, sin censura o ataques. Las reflexiones y argumentos deben tomar en cuenta que la magnitud de la discriminación de las mujeres por serlo, llevará más de 130 años erradicarla en las estadísticas más optimistas. Concluyo señalando que no es correcto, ni ético, ni legal, entorpecer el proceso de emancipación de la mitad de la humanidad.
Fuente: elsoldemexico.com.mx
por Maura Arredondo | Jun 20, 2024 | De las plumas 50+1
Actualmente en México conocemos diversas agrupaciones de mujeres empresarias, como es el caso del Consejo Nacional de Mujeres Empresarias, mismo que anualmente realiza el “Foro del día de la mujer empresaria”, dentro de la Cámara de Diputados, con la participación de legisladoras, empresarias y activistas; con el relevante propósito de promover políticas públicas que redunden en el apoyo gubernativo para que las mujeres se inserten más significativa y sólidamente en el emprendimiento de empresas que mejoren su situación económica personal y familiar.
En este foro del día de la mujer empresaria del 2023, se analizaron interesantes estadísticas encontrando los siguientes datos; de los 4.5 millones de Mipymes que reporta el INEGI de los sectores de manufacturas, comercio y servicios al público en general (esteticas y salones de belleza, lavanderías, talleres de costura, fondas, cocinas, bienes raíces, consultorios, cafeterías, etc ), resulta que 1.6 millones de establecimientos son liderados por una mujer. Estas cifras reflejan que las mujeres se han venido insertando gradualmente en la economía del emprendimiento como propietarias activas.
Analizando más en detalle, observamos que las mujeres propietarias se dedicaron al comercio en 5 de cada 10 establecimientos, a los servicios en 4 de cada 10 y a las manufacturas en 1 de cada 10. Hay que hacer notar que estos negocios son los más pequeños y la propietaria que se encuentra al frente de ellos, está usando su tiempo personal de manera laboral para el negocio, más aún en el caso de ser cabeza de familia, donde las implicaciones inevitables de sus emprendimientos han sido mayormente complicadas para sacar adelante a la familia.
Aunque el emprendimiento femenino crece, es relevante reconocer que las condiciones de los establecimientos son demasiado precarias, y su aspiración a desarrollar y consolidar los negocios es casi una ilusión, infortunadamente operan en niveles de supervivencia y no cuentan con capacidad de invertir para mejorar sus locales, su equipamiento de trabajo, mobiliarios, su funcionalidad, sus mecanismos de administración, como una computadora y un software apropiado a su giro económico. Lo cual las lleva a una administración no profesional y por tanto menos eficiente.
¿Que se necesita para que las mujeres emprendedoras mejoren realmente en número y en condiciones de éxito económico?
Ésta es la parte más urgente e importante de atender para realmente empoderar no solo en cuestiones de actitud, sino de apoyos financieros de parte del gobierno, tomando en cuenta que estos establecimientos generan muchos empleos para las comunidades urbanas y semiurbanas; se requieren pequeños préstamos sin intereses o muy bajos, para mejorar la funcionalidad de los establecimientos.
Requieren que las alcaldías de la CDMX, así como presidentes municipales de los diferentes estados al interior del país, atiendan, asesoren, faciliten trámites reglamentarios y que no les apliquen las leyes como si fueran medianos o grandes establecimientos, pues no se debe tratar igual a los desiguales, los micro y pequeños negocios no tienen capacidad administrativa para resolver trámites diversos. Requieren los emprendimientos femeninos; comprensión, solidaridad, empatía y equidad.
De otra manera no podrán desarrollarse en nada y seguirán siendo negocios de pura supervivencia por un máximo de 3 años según estadísticas de la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económico.
Las mujeres por sí mismas SÍ desean emprender, empoderadas para querer hacerlo ya están, pero es necesario que los organismos empresariales y las autoridades locales hagan más labor de apoyo en conocimientos, con incubaciones de negocios, con capacitaciones diversas, con programas de financiamientos, con facilidades de trámites, con bajos impuestos temporales que permitan que los micro y pequeños emprendimientos femeninos se capitalicen a corto y mediano plazo, y cuando eso suceda ya tengan capacidad para pagar impuestos razonables que no ahorquen a los establecimientos.
Aplicar la perspectiva de género a las mujeres que emprenden es fundamental para apoyar al sector poblacional más lastimado por siglos. Debemos reconocer que las mujeres sacan adelante a las familias igual o mejor que los mismos hombres. La historia así lo comprueba.
Legislar para promulgar La Ley del Emprendimiento, en la cual se establezcan los indispensables apoyos para la creación y el desarrollo de emprendimientos fomentará que muchas empresas surjan, que muchísimas mujeres cuenten con un mejor horizonte de vida y de realización personal, el mismo país será beneficiado cuando las familias mejoren sus condiciones en general. Aspirar a una movilidad en la escala social es totalmente legítimo y elogiable, apoyar a las mujeres a lograr esos propósitos es deber legal y moral de los sectores de gobierno, no hacerlo es una omisión muy lamentable.
Fuente: heraldodemexico.com.mx