¡Presidenta!

El 4 de octubre de 1824 entró en vigor la primera Constitución Federal de la nación mexicana que apenas tres años antes había formalizado su independencia. A punto de cumplirse dos siglos desde que “los padres fundadores” sentaron las bases por las que transitaría la naciente república, habremos de atestiguar un hecho histórico que cambiará para siempre el curso social y político de nuestra generación, me refiero a la toma de protesta de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo como titular del Poder Ejecutivo Federal, la primera mujer en la historia en alcanzar el máximo cargo político de nuestro país.

Con un triunfo indiscutible otorgado por 36 millones de votos, gobernará a una población de 130 millones, la mayoría mujeres, que tiene enormes retos por delante en todos los ámbitos. De acuerdo con encuestas recientes, entre las preocupaciones más importantes de las y los mexicanos están el crimen y la violencia, seguido por la pobreza, el desempleo-inflación (temas de carácter económico) y la corrupción. Sin duda estos son los grandes pendientes de la agenda nacional, pero no son todos.

El crecimiento económico es fundamental para lograr prosperidad en una sociedad. La calidad de la educación contribuye a la formación de talento en un país; el Estado de Derecho constriñe a autoridades y ciudadanía a mantener la confianza mutuamente y en las instituciones, así como el respeto a las inversiones y a la propiedad. Abatir la desigualdad económica en un país desigual y buscar soluciones para la paz se hace indispensable en la nueva administración federal.

Sin embargo, todos esos propósitos quedarán incompletos si no se diseñan estrategias, acciones y políticas públicas que aceleren la participación económica y laboral de las mujeres. El gobierno que recién inicia encabezado por una mujer tendrá que tomar en cuenta una realidad incontestable, las mujeres somos fundamentales en el crecimiento y el desarrollo económico, lo sostengo con base en un dato: el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidado equivale al 24% del PIB nacional.

La temprana formación de las niñas en carreras STEM puede ser la punta de lanza para forjar talento que nos acerque al nivel de países que son potencias tecnológicas. La educación básica tiene que hacer énfasis en la importancia de abordar la igualdad de género porque fomenta en la comunidad valores de respeto y reconocimiento entre mujeres y hombres.

Claudia Sheinbaum ya es Presidenta. Tanto su formación universitaria y científica como en el servicio público, le permitieron durante años conocer de primera mano las necesidades más apremiantes de nuestro país en varias esferas en las que es experta. Tiene el diagnóstico y ha mostrado voluntad. En esta hora crucial para México su gestión deberá caracterizarse por el encuentro, el diálogo y el entendimiento.

Muchos años luchamos y lucharon nuestras madres y abuelas para que las mujeres participáramos en igualdad; seguimos luchando por un país más justo donde nuestras hijas no estén condenadas a la violencia y la desigualdad. El arribo de una Presidenta nos hace ver con esperanza que eso signifique más justicia para todas y en particular para las sin voz, incluidas las infancias.

Queremos ver la llegada de una nueva era, de un gobierno sensible, feminista y justo. ¡Que así sea!

Fuente: elsoldemexico.com.mx

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