El combate a la corrupción a examen

El combate a la corrupción a examen

En mayo de 2015 se creó el Sistema Nacional de Transparencia y un año después se publicaron siete leyes que dieron origen al Sistema Nacional Anticorrupción. A partir de entonces se involucraba a las entidades federativas en un esfuerzo de corresponsabilidad sobre el ejercicio, control y evaluación del gasto público, la rendición de cuentas sobre el desempeño gubernamental, innovadoras herramientas para el acceso a la información y las sanciones aplicables a personas servidoras públicas y personas morales.

¿Funcionan o no ambos sistemas? Una reciente evaluación de la OCDE sostiene que México cuenta con un marco regulatorio sólido y robusto entre los mejores de sus países miembro en materia de combate a la corrupción y de integridad pública, pero tiene una débil implementación. La ley es casi perfecta en lo relativo a la estrategia anticorrupción (93 de 100%), en el financiamiento a partidos (90%) y en cuanto a conflictos de interés (89%), pero la puesta en práctica es deficiente: 53, 71 y 44%, respectivamente. La primera edición de Perspectivas de Integridad y Anticorrupción 2024 reconoce que los países de la OCDE han fortalecido sus marcos de lucha contra la corrupción pero recomienda mejorar el monitoreo y la implementación mediante la recopilación de datos y teniendo en cuenta riesgos emergentes. Las leyes evolucionan por los cambios sociales, por eso, el organismo sugiere actualizar los marcos de integridad para hacer frente a nuevas modalidades de corrupción relacionados con la Inteligencia Artificial, la interferencia extranjera y la llamada corrupción estratégica.

La brecha entre regulación e implementación es un llamado de atención para las autoridades que serán electas tanto en el Congreso como en el Ejecutivo.

Organizaciones de la sociedad civil han llamado reiteradamente a cerrarla y han propuesto mecanismos de solución que topan con criterios y cálculos políticos.

Si bien los resultados son medianamente satisfactorios, queda mucho por hacer.

Que México ocupe el primer lugar junto con Letonia en materia de estrategia anticorrupción de los 34 países miembro de la OCDE pero que la aplicación esté debajo del promedio, refleja la necesidad de pasar de la teoría a la práctica en el combate a la corrupción. El estudio arroja que las regulaciones de México en materia de control interno se encuentran entre las mejores de esos países, por el contrario, no cuenta con una institución que supervise las actividades de cabildeo.

El organismo económico nos recuerda que la corrupción tiene un impacto adverso en la prosperidad y la democracia, profundiza las desigualdades y debilita el crecimiento económico, erosiona el buen funcionamiento de las democracias e impide la representación y la confianza en el gobierno. La corrupción afecta a los que menos tienen y a quienes han vivido y viven desigualdades, como las mujeres.

En un reciente ensayo de mi autoría incluido en el libro Mujeres y Anticorrupción.

Cómo nos afecta la corrupción y qué hacemos para contrarrestarla, subrayaba que generalmente las leyes son diseñadas y confeccionadas por hombres. De ahí la necesidad de promover la incorporación de mujeres en áreas relacionadas con la aplicación y ejecución de la ley, especialmente en los niveles decisorios para mirar a la corrupción con lentes de género y contribuir a su combate.

Fuente: elsoldemexico.com.mx

Levantar la voz y ponerse de pie como forma de resistencia

Levantar la voz y ponerse de pie como forma de resistencia

El 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks fue arrestada por rehusarse a ceder su asiento —al final del autobús— a un hombre caucásico en Montgomery, Alabama, en contravención de un ordenamiento municipal. Parks se negó a levantarse porque estaba cansada, no sólo por su extenuante jornada laboral como costurera en un gran almacén, sino por ser considerada una ciudadana de segunda.

Su enjuiciamiento y condena hizo más evidente la desigualdad en que vivían las personas afroamericanas y generó una serie de protestas que impulsaron que en noviembre de 1956, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declarara inconstitucional la segregación racial en los autobuses.

Durante siglos la resistencia civil pacífica ha impulsado grandes cambios sociales y legales en favor del reconocimiento de los derechos de las personas, en ocasiones, como la caminata de la sal de Mahatma Gandhi en 1930, han impulsado la independencia de una nación o la paz, como sucedió con la protesta silenciosa y la “huelga de sexo” planteadas por Laymah Gbowe y las mujeres liberianas en 2003 para poner fin a la segunda guerra civil de ese país.

La resistencia civil pacífica es una forma de confrontación no violenta a conductas, disposiciones e instituciones opresivas y violatorias de los derechos. La oposición a la arbitrariedad puede consistir —como nos enseñó Rosa Parks— en negarnos a ceder un asiento cuando quien lo pide justifica su actuar en una institución discriminatoria como la segregación racial, entonces, reconocida legalmente.

La violencia simbólica ha sido una de las maneras más eficaces de perpetuar la desigualdad. Recordemos que este tipo de violencia no emplea la fuerza física, sino que se sirve de tradiciones, costumbres, narrativas, creencias, discursos y prácticas cotidianas para imponer o justificar la dominación de unas personas por otras, sin que las personas sometidas se puedan oponer, ya que han sido socializadas para aceptar su subordinación.

Las mujeres también enfrentamos violencia simbólica, permanentemente estamos expuestas a expresiones y comportamientos que refuerzan roles de género y estereotipos de supremacía para los varones y de sumisión para nosotras.

Algunas de esas prácticas se presentan con tanta frecuencia que se han designado “machismos cotidianos” o “micromachismos”, por tratarse de gestos, actitudes, comentarios y prejuicios que buscan justificar la subordinación de las mujeres en los ámbitos sociales, laborales, jurídicos y familiares.

Uno de los machismos cotidianos más frecuentes que se presentan en el ámbito laboral es el mansplaining o “machoexplicación”, que consiste en que los hombres expliquen temas a las mujeres de forma condescendiente o paternalista sin que éstas se lo pidan e incluso, aunque ellas conozcan más de éstos.

Esta conducta —como lo explican Claudia De La Garza y Eréndira Derbez— parte de la creencia, forjada durante siglos, de que el conocimiento lo tienen los hombres y su voz es la única autorizada para comunicar información relevante, por lo que las mujeres que argumentan, cuestionan o disienten son consideradas “problemáticas” y ridiculizadas.

La responsabilidad de los medios de comunicación en la prevención de la violencia simbólica es innegable, por ello el esfuerzo de diversas organizaciones y autoridades estatales de impulsar protocolos y guías para prevenir la violencia de género contra las mujeres en los medios.

Sin embargo, en muchos casos —sobre todo con una oferta tan amplia como la que internet ha hecho posible— es más fácil encontrar sitios que promueven la desinformación y la violencia de género desde el anonimato de los pseudónimos, exhibiendo con descaro su ignorancia sobre el funcionamiento de los órganos jurisdiccionales colegiados y de los asuntos que se discuten.

Sitios que, pese a su limitado alcance, caricaturizan a las juzgadoras que debatimos y defendemos nuestras opiniones con argumentos jurídicos y no mediante argumentos de autoridad (falacia ad verecundiam) como otras personas hacen.

Las mujeres enfrentamos estas y otras violencias de género todos los días, en todos los espacios, a cualquier hora y se espera que no protestemos, para ello se nos ha socializado desde hace siglos para no incomodar, para callar, para “vernos bonitas…” pero todo tiene un límite y es legítimo que estemos cansadas y como Rosa Parks resistamos y nos neguemos a ceder el asiento, a quedarnos calladas, a no incomodar y, en cambio, levantemos la voz y si es preciso, nos pongamos de pie para señalar y evidenciar la violencia que pretenden ejercer en nuestra contra.

Por ello, las invito compañeras a levantar su voz y, si es preciso, ponerse de pie cuando sean víctimas de violencia de género, porque sólo así será posible materializar la destacada consigna: “Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

El futuro

El futuro

En el proceso de transición a la democracia en México fue en los comicios de 1994 cuando iniciaron los debates entre candidaturas a la presidencia de la República, primero manejados por los partidos políticos y los contendientes con formatos rígidos, con tiempos asignados, sin interacciones, que poco a poco han ido evolucionando.

Actualmente la Ley Electoral obliga al Instituto Nacional Electoral (INE) organizar al menos dos debates. Se ha avanzado en las reglas, hay formatos más fluidos, la autoridad electoral establece la metodología a seguir y como en el 2018 habrá en este año 2024, tres debates.

En treinta años, es el primero que tiene como protagonistas a dos mujeres candidatas, ambas punteras en el proceso electoral que será definido por la ciudadanía con su voto el próximo 2 de junio.

Muchos argumentan dudas con relación al impacto que tienen los debates en la ciudadanía, pero si consideramos que una elección representa el futuro de nuestra nación, nos daremos cuenta de la importancia que representa la confrontación de ideas, comparar opiniones que de un mismo tema tengan, contrastar proyectos; y todos los mecanismos que sirvan para la toma de decisión, nos darán mayores elementos para decidir por quién votar.

En un sexenio que ha tenido la característica de la polarización y la falta de buenos resultados en temas básicos como son seguridad, salud, educación; este mecanismo se constituye como el espacio de contraste de proyectos, pero también de información. Porque de eso se trata una elección.

¿Queremos seguir igual? o ¿queremos sacar adelante a nuestro país?

¿Queremos continuar con una narrativa mentirosa, de agravios, de resentimientos, de divisiones o queremos propuestas, alcances, mejoras, para avanzar?

Pudimos observarlo en este primer debate.

Por un lado, un proyecto que no reconoce las enormes problemáticas que vivimos en México en materia de salud, educación, corrupción y violencias contra mujeres y su propuesta es la continuidad, ¿es ese el único camino?

Otro proyecto, que las reconoce y hace propuestas para avanzar.

Pudimos conocer en un primer ejercicio de debate esos proyectos y confirmar mucho de lo que se documenta de las candidatas y el candidato.

Muchas preguntas fueron evadidas, pero sí podemos ir respondiendo la nuestra: ¿por qué votar por una u otra opción?

Una elección representa el futuro de nuestra nación: ¿Qué queremos?

Fuente: e-consulta.com

La dura realidad de la brecha salarial

La dura realidad de la brecha salarial

Hemos visto que en pleno siglo XXI, seguimos luchando por la igualdad de género y enfrentamos el obstáculo abrumador y persistente de la brecha salarial entre mujeres y hombres, esto sin lugar a dudas es inquietante y merece toda nuestra atención.

Según informe del Grupo Banco Mundial, en todo el mundo, la brecha de género en el trabajo es mucho más amplia de lo que pensábamos. Ningún país brinda igualdad de oportunidades a las mujeres, ni siquiera las economías más ricas. En 98 economías han promulgado leyes que exigen que las mujeres reciban igual remuneración por trabajo de igual valor, pero sólo en 35 de ellas se han adoptado medidas de transparencia o mecanismos de cumplimiento para abordar la brecha salarial. Si se cerrara esta brecha, el producto interno bruto mundial podría aumentar más del 20 %, sin embargo, sólo una de cada cinco economías exige que se apliquen criterios con perspectiva de género en los procesos de las adquisiciones públicas, lo que significa que las mujeres se ven excluidas en gran medida de una oportunidad económica.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI, en tres meses un hombre gana 10 mil 204 pesos más que una mujer. Las mujeres en México ocupan sólo 28.7% de los cargos de alta dirección en las empresas más importantes del país. Las diferencias en los ingresos se hacen más grandes si se observan por grado escolar, debido a que una mujer con posgrado completo o incompleto reporta 32 mil 887 pesos menos que lo que percibe un hombre en tres meses.

La brecha salarial en México está considerada en un 16% esto significa que por cada $100 que gana un hombre, una mujer percibe $84 pesos. Cabe destacar que Colima, Baja California Sur y Tlaxcala son los estados con mayor disparidad en los salarios según análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en base a los datos arrojados en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Los estados con una menor brecha salarial son la Ciudad de México, San Luis Potosí, Chiapas y Veracruz. Se han tomado en cuenta los siguientes factores:

1.- Horas de trabajo: Las mujeres dedican más del doble de tiempos que los hombres a actividades no remuneradas y a la tarea de los cuidados, debido a ello tienen menos tiempo disponible para trabajar.

2.- Posición jerárquica: Las mujeres tienden a estar concentradas en puestos operativos y pocas alcanzan gerencias o la alta dirección en cuanto a toma de decisiones, porque estas posiciones son difíciles de compaginar con su vida personal.

3.- Nivel educativo: Las mujeres que están más preparadas tienden a alcanzar mejores posiciones y mejor pagadas.

4.- Concentración de personas del mismo sexo en ciertos sectores y ocupaciones: Existe una alta representación de mujeres en sectores con menor cantidad de ingresos.

Seguimos viendo esta brecha como una abrumadora realidad y estas luchas han sido nuestros retos como mujeres ¿Has trabajado en alguna posición que ganes menos que tus iguales?. El rol de las mujeres todavía se ve muy limitado a cuidadoras y eso termina afectando el crecimiento profesional, cuál es la equidad en nuestras relaciones, qué tanto usamos nuestra voz y tomamos distintos espacios. Eso es algo que se repite en mayor medida en todos los países.

Las mujeres muchas veces no terminan relaciones infelices y/o tóxicas porque no son económicamente independientes, y por el otro lado muchas mujeres económicamente activas se sienten culpables al ser jefas de familia y salir a trabajar. ¿Por qué se sienten culpables de salir a trabajar?, se tiene la creencia que somos las mujeres las encargadas del hogar, de recoger a los hijos y de llevar a cabo la tarea de los cuidados.

Se considera que la maternidad y el matrimonio son dos de los momentos vitales en la vida de una mujer y la mayoría piensa que podemos ser felices si tenemos hijos porque no se conciben sin la maternidad ¿Necesitas estar casada y tener hijos pata ser feliz?. Efectivamente los hijos son parte integral de un matrimonio pero como mujer estás en libertad de decidir no tenerlos y si los tienes no debes sentirte culpable de estar lejos de casa generando ingresos Ya que con dichas percepciones económicas contribuyes a que estas brechas de realidad sean cada vez menores, compartes tus conocimientos así como de tu experiencia laboral y con ello logras tu crecimiento profesional.

Debemos luchar por un México donde las mujeres no sólo seamos valoradas por nuestro trabajo, sino también empoderadas para liderar y prosperar en todos los aspectos de la vida. La igualdad salarial es un paso esencial para construir un país más justo, igualitario e incluyente, donde todas las personas, sin importar el género, tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Alcanzar la igualdad salarial, no sólo es una causa justa, sino una necesidad urgente para transformar la sociedad de este país.

Aún hoy en día, enfrentamos este desafío y lo decimos fuerte y claro “Urge más que nunca reformar las leyes y promulgar políticas públicas que empoderen a las mujeres para que puedan acceder a más y mejores empleos, sean emprendedoras y empresarias destacadas y exista una protección legal ante esta brecha salarial que lástima su economía familiar”.

Fuente: nxnoticias.com

#El Personaje: Jesús Luján

#El Personaje: Jesús Luján

El ginecólogo Jesús Luján se hizo famoso por brindarles a las mujeres quesque un “parto humanizado”.

Inició en el Hospital Santa Teresa, atendiendo a un promedio de cuatro pacientes al día, sin embargo, con el tiempo y con su gran marketing llegó a tener hasta 40 pacientes diariamente.

Con este éxito e ingresos se volvió socio del Hospital Bité Médica en Santa Fe y luego puso su clínica Pronatal, donde atendía en su mayoría a mujeres de clase media-alta que buscaban partos naturales o en agua y, claro, eran primerizas.

Sin embargo, déjenme platicarles que este “doctor”, quien es nuestro personaje de la semana, tras haber sido señalado por más de 40 pacientes de ejercer diferentes formas de violencia ginecobstétrica, negligencia y mala praxis que han tenido consecuencias fatales en múltiples partos, falsificación de estudios médicos para realizar operaciones innecesarias, entre muchas otras cosas, finalmente…

-Redoble de tambores-

El 28 de marzo de 2024 un Juez de Control del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX libró orden de aprehensión en su contra, acusado por el delito de Práctica Indebida del Servicio Médico. ¡Así como lo están leyendo!

La Fiscalía de la CDMX pidió la orden de aprehensión al determinar que, con motivo de sus investigaciones, contaban con indicios suficientes para acreditar las conductas con apariencia de delito que se le imputan.

Y como no lo han podido encontrar, también se emitió una Ficha Roja por la INTERPOL y una Alerta Migratoria para impedir que abandone la República Mexicana y enfrente su proceso.

-Fuerte doble-

Pues esta orden de aprehensión, Ficha Roja y Alerta Migratoria reflejan avances sustanciales en el combate contra la violencia ginecobstétrica, problemática que había sido ignorada por las autoridades durante años. Esto a pesar de afectar a cientos de miles de mujeres al año, por médicos que, teniendo a su cargo la salud de dichas personas, las violentan usando como escudo su profesión.

El modus operandi

Consistía en citar a las pacientes con 37 semanas a una “revisión de rutina” y aprovechaba para suministrarles, sin su conocimiento, un medicamento llamado Misoprostol, el cual diluía a escondidas en un té que posteriormente se los daba a beber; en caso de que la paciente no lo quisiera en ese momento le suministraba, sin que se dieran cuenta, prostaglandinas que molía previamente en un mortero para mezclarlas en un gel y aplicarlas al realizar un “tacto vaginal de revisión”, todo con el mismo objetivo: engañar a las pacientes de que estaban iniciando labor de parto de modo natural.

¿Por qué o para qué lo hacía?

Pues para tener libres sus fines de semana y así podía seguir siendo el rey de los partos naturales.

-Siéntese bien, pues-

Debo aclarar que el problema de las inducciones, cuando médicamente NO SON REQUERIDAS, es que generan contracciones intensas 10 veces más dolorosas que las normales, sometiendo tanto a la madre como al bebé a un extremo sufrimiento. Estas contracciones al ser artificiales no progresan, sólo son muy dolorosas, intensas y de larga duración. Muchas veces la madre ya no puede con el dolor y, lo que es peor aún, expone al bebé a extremo sufrimiento fetal, convirtiendo estos partos en cesáreas de emergencia, intervenciones inesperadas y en algunos casos, en fallecimiento.

Las consecuencias por la inducción indebida son:

  • En los niños: desde hiperactividad, trastorno moderado y grave de sueño, desorden sensorial como parte del espectro autista, hasta parálisis cerebral.
  • Para las mujeres: depresión posparto, síndrome de estrés postraumático o secuelas físicas por lo repentino y violento del trabajo de parto para el cual su cuerpo aún no estaba listo.
  • OTRA CONSECUENCIA PUEDE SER LA MUERTE DEL BEBÉ

Este agresor sistemático de mujeres, sí, el doctor Luján, es increíblemente la semilla de la creación de dos colectivos que abanderan la lucha contra la violencia de género: “Con ovarios” y “Frente nacional contra violencia vicaria”. ¡Quiúboles!

De hecho, del colectivo “Con ovarios”, más de 40 mujeres y pacientes no sólo exigieron justicia sino que piden que cualquier persona que tenga conocimiento de su paradero aporte información, no únicamente para que el “doctor” no siga eludiendo a la justicia, también para que no continúe ejerciendo su práctica médica, que pone en riesgo la vida y salud de muchas mujeres.

Ver para creer

Pues el ginecólogo-violentador, a pesar de todo lo que han leído, tuvo el cinismo, mientras personal de la Fiscalía de la CDMX ya lo buscaba, de subir en una grabación de 11 minutos en YouTube y asegurar que el cierre de su clínica se debía a una situación personal y a una supuesta “arbitrariedad” de las autoridades, mismas que hoy, contrario a sus afirmaciones públicas, han podido comprobar su probable participación en estos hechos delictivos.

Me pregunto: ¿qué pensará el hoy ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien tuvo este caso en sus manos en 2010?

Por culpa de un medicamento contraindicado en el embarazo recetado por el “doctor Luján” falleció una bebé, la familia lo demandó y ganaron la primera y segunda instancias, pero el caso fue atraído por la corte y el fallo del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena fue a favor del victimario, de manera totalmente injusta y muy turbia.

A cuántas mujeres y niños pudo evitarles caer en las garras de este violentador.

En fin, repito: si lo ven, denúncienlo.

Fuente: la-lista.com